Lejos de solucionarse el problema, Portugal Telecom (PT) y Telefónica han decidido reforzar sus ejíércitos para ganar la batalla por Vivo. La empresa portuguesa, que ha contratado a Merrill Lynch para defender sus intereses, busca el apoyo de Carlos Slim, el hombre más rico del planeta, para derrotar a la multinacional española. Por su parte, Cíésar Alierta se ha hecho con los servicios de UBS y de Cuatrecasas Goní§alves Pereira.
La guerra por el control del operador brasileño de telefonía móvil coge cuerpo día tras día. Si en un principio ninguno de los dos grupos contó con asesores para analizar la situación, tanto PT como Telefónica han decidido ponerse en manos de los mayores bancos de inversión del mundo para conseguir el respaldo de los accionistas y del mercado.
Como adelantó El Confidencial el pasado viernes, la empresa presidida por Cíésar Alierta ha buscado el apoyo de Credit Suisse para que le asesore en la Oferta Pública de Adquisición sobre Brasilcel. La contratación del banco suizo se justificaba porque su presidente en España, Fernando Abril-Martorell, fue consejero de PT hasta enero de 2008, por lo que era un buen conocedor del grupo luso y de sus consejeros. Pero, además, la entidad suiza ha emergido como accionista de la operadora portuguesa con el 2,3% del capital.
Lo mismo ocurre con UBS, que ha declarado en los últimos días ser propietario del 2,2% de PT. Telefónica ha pedido el asesoramiento de este banco suizo, que desde diciembre del pasado año está presidido en España por Javier Salaverri, ex de Citigroup. Además, la operadora española ha contratado los servicios jurídicos de Cuatrecasas Coní§alves Pereira, una de las mayores firmas de abogados hispana portuguesas, para doblarle la mano a PT. Así lo han confirmado fuentes oficiales del desapcho.
Pero el grupo presidido por Zeinal Bava no se ha quedado parado tampoco. Ha decidido ponerse en manos de Merrill Lynch Bank of America, que en la Península Ibíérica está dirigida por Javier Oficialdegui y Ricardo Paz. Oficialdegui es un gran conocedor del mercado luso donde ha coordinado varias operaciones de fusiones y adquisiciones. Una de las últimas fue la ampliación de capital del banco BCP. Merrill Lynch ha declinado hacer ningún comentario sobre esta información.
El gran peligro mexicano
No obstante, lo que más puede preocupar a Telefónica es el más que posible apoyo de Carlos Slim a PT. El que es considerado el hombre más rico del mundo es el enemigo número uno de Cíésar Alierta. Gran competidor en Míéxico, su mercado natural a travíés de Telmex, el empresario ha tratado por todas las vías hacerle la vida imposible al grupo español en todos los países latinoamericanos donde opera.
Y, por supuesto, en Brasil, donde ha intermediado con los reguladores locales para evitar que Telefónica coja mayor músculo o integre sus negocios de telefonía fija y móvil. “Slim sería el más perjudicado por la compra de Vivo por parte de Telefónica. Seguro que jugará su bazaâ€, indican fuentes próximas a las negociaciones. El magnate, propietario de Telmex, ya jugó su papel en 2007 cuando Sonaecom, con el apoyo de Telefónica, intentó hacerse con Portugal Telecom. El grupo mexicano compró el 5%, echó abajo la OPA hostil y evitó el cambio de los estatutos.
Ahora podría repetirse la jugada. Medios internacionales aseguran que Bava se ha ver con Slim en Ciudad de Míéxico como parte de su ronda de entrevistas (road show en la terminología financiera) con inversores institucionales. Lo mismo ha comenzado a hacer Telefónica, que quiere convencer a los fondos Brandes y Blackrock para que acepten la OPA.
La participación de Slim en esta operación cobra más fuerza despuíés de que el empresario mexicano entrase la semana pasada en el consejo de administración de Critieria, el holding financiero de La Caixa. La caja catalana tiene cerca del 5% de Telefónica, cuyas relaciones con el dueño del banco mexicano Inbursa son inexistentes. Su nombramiento ha causado estupor en las filas de la operadora española, que se temen que La Caixa venda poco a poco su participación.