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Autor Tema: Despuíés de la muerte fí­sica.  (Leído 2775 veces)

Scientia

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Despuíés de la muerte fí­sica.
« en: Diciembre 08, 2007, 10:10:15 pm »

 
Despuíés de la muerte fí­sica el cuerpo etíéreo, tambiíén llamado cuerpo sutil o astral se separa del cuerpo fí­sico. La energí­a de un ser humano se halla almacenada dentro del cuerpo etíéreo; la información correspondiente a la personalidad o falso yo, con toda la gama de patrones emocionales y residuos fí­sicos de las experiencias acumuladas durante la vida fí­sica, se halla registrada en este campo energíético, incluyendo las experiencias de otras vidas.
Envuelto en este cuerpo sutil, el ser se dirige hacia la luz, la cual está siempre presente. Los espí­ritus guí­as se acercan para recibir al espí­ritu del reciíén difunto. Los espí­ritus guí­as no tienen una forma definida, pueden parecer ángeles, personas queridas o pueden ser simplemente, formas de energí­a. Los espí­ritus de los familiares o seres queridos pueden hacer de guí­a, y aunque íéstos no posean forma, el difunto los reconocerá por la vibración de sus almas.

Aparentemente, hay una barrera o un portal por el que hay que pasar para poder entrar completamente en la luz. Si el espí­ritu del difunto se mueve más allá de ese portal, avanzará hacia la 5ta densidad, a la cual van las almas de todos los seres despuíés de la muerte. Al morir, el cordón de plata que une al espí­ritu con el cuerpo fí­sico en la tercera densidad se rompe definitivamente.

Sin embargo, no todos los espí­ritus fallecidos siguen su camino hacia la luz. Algunos se pierden en el camino, ya sea por decisión consciente o por simple ignorancia, muchos quedan atrapados en el estado entre la quinta densidad y la densidad fí­sica, la tercera densidad. Algunos autores denominan dicha zona como bajo astral, zona gris o zona intermedia. íquel que no traspasa el portal, vagabundea por dicha zona y puede que encuentre a algún ser humano al que adherirse para poder seguir disfrutando de las actividades inherentes a la vida fí­sica.