La mayoría de los inversores no se atreven a volver al mercado o a invertir más (si ya están dentro y acumulan cuantiosas píérdidas), a la vista de los desplomes que estamos viendo casi un día sí y otro no. Sin embargo, la teoría de la opinión contraria indica claramente que estamos en un gran momento para comprar.
Esta teoría es la que sostiene que la mayoría siempre se equivoca. Es decir, cuando todo el mundo es alcista, significa que el mercado va a bajar (porque todo el mundo ya ha comprado y no queda nadie más para hacer que suba el mercado), y cuando todo el mundo es bajista es que la bolsa va a subir.
Pero seguir la opinión contraria es muy difícil, porque implica comprar "cuando la sangre corre por las calles". Y eso es fácil de decir pero muy duro de llevar a la práctica.
Y ahora la sangre está corriendo sin duda en Wall Street. Si nos fijamos en el sentimiento del Nasdaq, que es un área particularmente susceptible a los cambios de sentimiento, en las dos últimas semanas hemos visto uno de los mayores giros desde un sentimiento alcista a otro bajista que jamás se han registrado.
Hace apenas dos semanas, los editores de newsletters que siguen el Nasdaq recomendaban una exposición del 80% al mercado, el nivel más alto desde el año 2000 y una clara señal de advertencia según la opinión contraria de que se aproximaban problemas. Ahora, por el contrario, la exposición media recomendada es del -45% (es decir, una posición neta bajista de casi la mitad de la cartera), según el índice Hulbert Nasdaq Newsletter Sentiment Index que elabora Mark Hulbert, editor del servicio de seguimiento de newsletters Hulbert Financial Digest.
Es decir, hemos vivido un giro radical desde un exceso de sentimiento alcista a un sentimiento bajista agresivo en un período de tiempo excepcionalmente corto. Esta carrera hacia el lado bajista no es lo habitual en los grandes techos de mercado. Según la opinión contraria, el sentimiento en los techos suele caracterizarse precisamente por lo contrario: un terco optimismo a pesar de las caídas.
Es lo que ocurrió en marzo de 2000, cuando estalló la burbuja de Internet. Durante el primer 10% de caída del Nasdaq, el índice elaborado por Hulbert subió porque los analistas creían que esa caída era una oportunidad de compra. Eso es terquedad alcista, y todos recordamos lo que pasó despuíés.
Ahora, en cambio, no estamos viendo nada parecido al optimismo generalizado de entonces. Por supuesto, Hulbert advierte de que esto no es ninguna garantía de que el mercado no vaya a seguir cayendo. E incluso si se materializa un rally significativo en breve, tampoco significa que el mercado no vaya a recaer en los próximos meses. "Pero es muy raro que el consenso de los analistas tenga razón sobre la dirección del mercado", concluye.