El futuro impuesto para las rentas más altas "no será un gravamen en el IRPF" porque ello afectaría a las clases medias y, además, tendrá un carácter "temporal", que aún no está definido, ya que se trata de una nueva figura fiscal "extraordinaria", según precisaron fuentes oficiales del Ejecutivo.
Esta mañana, el presidente Josíé Luis Rodríguez Zapatero anunció que el Gobierno iba a presentar "en breve semanas" una figura tributaria que no afectará a los impuestos generales ni al 99,9% de la población, sino sólo a los ciudadanos con una alta capacidad económica.
Las fuentes gubernamentales especifican que ese impuesto afectaría a "las grandes fortunas" que, según subrayaron, representan "una parte mínima" de la sociedad, pero apuntaron que, al tratarse de una nueva figura fiscal, aún se tiene que definir. Lo previsible sería tener en cuenta la suma de las rentas y del patrimonio del contribuyente.
Además, y aunque el Consejo de Ministros lo estudie en próximas semanas, el Gobierno sabe que resultaría "difícil" que dicho impuesto entrase en vigor en el presente año, aunque no es imposible si todos los grupos parlamentarios muestran voluntad para acelerar el trámite parlamentario.
PREOCUPADOS POR EL TRíMITE
De entrada, el primer reto que tiene que superar el Gobierno es la votación mañana en el Congreso de los Diputados del decreto ley que contiene las medidas de recorte. Fuentes de Moncloa admiten que al Gobierno "le preocupa" que dicha norma se tramitase como proyecto de ley susceptible de ser modificado, dado el mensaje que se trasladaría a Europa.
Es más, llegan a afirmar que en el caso de que mañana no pudieran sacar adelante el proyecto de ajuste del Gobierno, lo considerarían "una derrota política" puesto que, apuntan, se trataría de la primera vez que los socialistas pierden sobre un tema "decisivo".