La factura de las cajas en bolsa
Publicado por C. Rosique / A. Redondo
Nuevo brote de incertidumbre bursátil. La intervención de CajaSur ha reactivado la reordenación del sector financiero español, aunque tambiíén ha roto el tarro de la desconfianza de los inversores en la banca española.
El toque de atención del Banco de España ha hecho que varias entidades se hayan puesto manos a la obra y busquen novio. CAM, Cajastur, Caja Cantabria y Extremadura anunciaron el lunes una fusión fría, conocida comoSIP (fórmula jurídica que permite la unión sin que pierdan su identidad comercial, aunque ponen en común determinados servicios) que dará lugar a la tercera mayor caja de España. Además, Cajamurcia, Granada, Sa Nostra y Caixa Penedí¨s mantienen conversaciones a varias bandas para su integración en un nuevo SIP, al igual que Caja Madrid y otras cinco cajas pequeñas.
Esperado y retrasado
De esta manera se pone en marcha la esperadao y necesaria reordenación bancaria. Los expertos consideran que el sistema de cajas de ahorros español, compuesto por un total de 45 entidades, debería reducirse casi a la mitad. Sin embargo, el mercado ha hecho una lectura negativa del tirón de orejas a CajaSur y la intervención ha agravado la percepción de riesgo sobre España y la desconfianza en el sector financiero.
Por un lado, Lorenzo Dávila, jefe del departamento de investigación del IEB, apunta que la reordenación española llega en un momento en el que el resto de países europeos han reestructurado casi por completo sus entidades. Un retraso que no gusta a los inversores internacionales.
Por otra parte, las firmas de inversión apuntan que la crisis de las cajas ha puesto de nuevo bajo el foco los problemas de la banca española. Credit Suisse se muestra preocupado por la deuda del sector privado, fuertemente ligada al negocio inmobiliario; por el proceso de desapalancamiento de los hogares, y por la deflación (en abril la evolución de precios fue negativa y la tendencia podría continuar en el medio plazo). La firma cree que estos obstáculos podrían limitar los ingresos netos de la banca, de media, en un 12,4% por cada 10 puntos básicos que se contraiga el margen de intermediación.
En este clima de desconcierto, la situación está pasando una abultada factura a la bolsa. En el caso de los bancos cotizados españoles, íésta asciende a 45.009 millones de euros, que es lo que han perdido en capitalización desde principios de año (más de la mitad de los 87.000 millones que pierde el Ibex). Los más penalizados son Bankinter y BBVA, que se dejan más de un 30% de su valor desde principios de año (1.259 millones y 15.648 millones, respectivamente). El que mejor aguanta es Sabadell, que se deja un 8,71% (ha restado 550 millones).
La capitalización de Santander, Popular y Banesto se ha reducido en 27.500 millones, por las caídas que van desde el 27% de Santander hasta el 18% de Popular.
Las abultadas caídas no sólo afectan a los bancos, sino que tienen una clara víctima colateral: la bolsa española. Los seis bancos del Ibex 35 suponen casi el 35% del índice, por lo que su mal tono condiciona en gran medida la evolución de la bolsa.
Distinta genealogía
Una situación que no se produce en el resto de índices europeos. A pesar de que muchas entidades alemanas y francesas tienen exposición a la deuda de países perifíéricos, otro frente de batalla para las entidades ante la crisis soberana, su menor peso en los índices limita el impacto. En el Cac francíés, la banca es el 12%. En el Ftse británico, las x entidades que recoge tienen una ponderación del 13%. Y en el Dax alemán son el 6,6%.
La debilidad de la banca española continuará en el medio plazo, según los expertos, y con ella la del Ibex. Dávila indica que los inversores internacionales, los que mueven el mercado, no entienden la diferencia entre las cajas y los bancos centrados en el negocio nacional, por lo que van a continuar con su castigo al sector. Por otro lado, explica que las firmas internacionales han reducido la exposición de sus carteras a la bolsa española despuíés de que se disparase el riesgo país, lo que tambiíén repercute en el comportamiento del mercado.
Ante esta coyuntura, los expertos recomiendan mantenerse fuera del sector financiero. De hecho, esta semana han regresado las posiciones cortas (apuestas bajistas) sobre la banca domíéstica. Santander y BBVA merecen capítulos aparte, según los analistas, por su diversificación y la recurrencia de su negocio.
Alberto Espelosín, director de análisis de Ibercaja Gestión, cree que cotizan muy baratos. El 70% de los expertos consultados por Bloomberg recomienda comprar acciones de Santander. Sobre BBVA se muestran positivas el 50%. A ambos les dan un potencial alcista del 43%.
Una financiación más cara
La crisis está encareciendo cada vez más la factura de la deuda estatal. Los inversores internacionales se muestran precavidos sobre los países de la periferia europea, como España, y les exigen una mayor rentabilidad. Quedó patente esta semana cuando el Tesoro colocó 3.067 millones de deuda. El Gobierno tuvo que pagar el 0,7% para colocar las letras a tres meses, el doble del interíés ofertado en marzo. Esta situación contrasta con lo que pasó en el Tesoro de EEUU. Emitió 42.000 millones de dólares a dos años al 0,769%, mínimo histórico. El riesgo país de España, que mide el diferencial de rentabilidad entre el bono español y el alemán (considerado el más solvente de la eurzona) a diez años ha repuntado con fuerza en los últimos meses, de la mano de las incertidumbres. Esta semana, con la crisis de las cajas, se colocó en 157 puntos básicos. Su máximo está en los 167.
Esta situación afecta a la bolsa por dos vías. Primero, provoca que las firmas internacionales reduzcan su exposición al mercado español, pues muchas usan parámetros relacionados con el riesgo país para configurar sus carteras. Un repunte fuerte de este indicador, como en el caso español, conlleva la desinversión.Segundo, las empresas con necesidades de financiación a corto plazo tendrán que pagar más por su deuda, lo que dañará sus balances. Por todo ello, los expertos creen que el castigo a la bolsa española continuará en los próximos meses.
Las empresas más endeudadas están en el foco
Las compañías con necesidades de financiación están contra las cuerdas. Si salen al mercado con emisiones de deuda pagarán un interíés extra porque la percepción de riesgo es mayor. Si acuden a las entidades financieras tambiíén lo tienen más difícil, ya que la desconfianza ha reducido las líneas de financiación disponibles. Los analistas aseguran que las inmobiliarias son las empresas que están en una situación más delicada. Citan nombres como Sacyr Vallehermoso, que tiene una deuda estimada de 11.700 millones.
La situación es más preocupante incluso en otras como Reyal Urbis, Metrovacesa, Colonial y San Josíé. Hay empresas que se están viendo obligadas a desprenderse de activos para refinanciar. Es el caso de Prisa. Sus acreedores le ponen condiciones como la venta de Santillana, una parte de Media Capital y ampliar su capital en al menos 450 millones de euros. Otras compañías intensivas en capital en el foco son las de energías renovables. Los analistas creen que las grandes empresas han hecho los deberes en los últimos años, intentando mejorar sus vencimientos de deuda y reducir al máximo la carga. ACS, que ya se desprendió de Fenosa, estudia ahora vender su participación en Abertis.
Ferrovial presenta una ratio de 9,7 veces deuda/ebidta. A priori es elevada, pero ha mejorado mucho con las ventas de aeropuertos como Gatwick y con la emisión de bonos de BAA. Hay que tener en cuenta que mucha deuda está asociada a proyectos. Es la generación de caja la que hace que aunque Telefónica, Iberdrola y Gas Natural estíén entre las empresas con más deuda, no preocupe a los analistas. Por otro lado, Lorenzo Dávila, del IEB, indica que la fusión de las cajas puede complicar la refinanciación de empresas en los casos en los que los críéditos fueran concedidos por un grupo de entidades. Las entidades resultantes de las uniones pueden recortar la concesión de críéditos para reducir riesgos.
Los depósitos agravan las heridas
El encarecimiento de la financiación en los mercados internacionales como consecuencia del fuerte repunte del riesgo país ha llevado a las entidades a emprender una agresiva lucha por la captación del pasivo. Ello ha llevado a muchos inversores, tanto minoristas como de banca privada, a abandonar la bolsa y optar por un activo más seguro, más aún ante las fuertes turbulencias que controlan el timón de los mercados desde el estallido de la crisis griega.
Los expertos creen que en el corto plazo podrían continuar las ofertas, lo que prolongaría el daño para la bolsa, pero no en el medio. Los expertos apuntan que en un entorno de tipos de interíés en mínimos históricos, pagar más de un 4% (por encima de lo que ofrece la deuda soberana española) es insostenible.
Sin embargo, el mercado de renta variable podría seguir padeciendo los efectos de esta guerra. Lorenzo Dávila, del IEB, apunta que la agresiva captación de pasivo por parte de los bancos podría profundizar las heridas de varias cajas, lo que agravaría la crisis de las entidades y asestaría un nuevo golpe al mercado.
En esta coyuntura, Alberto Espelosín, de Ibercaja Gestión, cree que puede ser un buen momento para entrar en grandes valores españoles con elevadas rentabilidades por dividendo, ya que en muchos casos sus cotizaciones están deprimidas. Telefónica es una de ellas, ofrece una rentabilidad por dividendo cercana al 7% y tiene un potencial alcista del 21,71%, según los analistas. Gas Natural es otro ejemplo, con un retorno por dividendos superior al 6%. Además, la cotiza por debajo de una vez su precio en libros (valor reflejado en los libros de contabilidad de la empresa), muy por debajo de su media histórica.
Las participaciones de las entidades en el parquíé
La reestructuración del sector financiero español pone el punto de mira en su cartera industrial y especialmente en las cotizadas donde tienen acciones. Las cajas controlan más del 5% de la tarta bursátil por un valor que puede rondar los 28.000 millones de euros. “Hay riesgo de salida de papel por la ventas que puedan hacer las cajas con problemas de liquidezâ€, asegura Natalia Aguirre, directora de análisis de Renta 4. No obstante, el mal momento que vive la bolsa española, que está en el nivel más bajo desde mayo de 2009, resta atractivo a la venta en estos momentos.
En lo que va de año, varias cajas han realizado movimientos en las empresas de la bolsa donde estaban presentes. Caja Duero y Caja España, tras su acuerdo, han llevado a cabo continuas ventas con las que están reduciendo su presencia en Ebro Puleva. Caja Duero ha pasado del 6,15% al 4,54% y Caja España del 5,161% al 3,264%. Otra de las entidades que está desinvirtiendo es Caja Granada en Fersa, la empresa de energía renovable. Ha reducido su participación al 4,13% en varios movimientos.
Caja Navarra, que en enero reforzó su presencia en Fluidra con varias compras, acaba de poner fin a su aventura en Barón de Ley. La entidad navarra vendió a mediados de mayo 574.000 acciones, el 9,87% del capital, tras más de cinco años en el accionariado como socio de referencia. Con esta operación, Caja Navarra obtuvo unos ingresos de más de 23 millones de euros, lo que mejora su resultado patrimonial, y su core capital.
Aguirre asegura que el riesgo de venta de las carteras industriales varía mucho en función de la relación que tenga la entidad con la empresa y no en todos los casos puede perjudicar la cotización.
“Hay empresas en las que puede haber demanda latente, como en Enagás y Red Elíéctrica (se barajó que la SEPI vendería pronto su participación)â€, explica. Pero tambiíén hay relaciones muy estrechas que incluso se fortalecen. Recientemente, Caixa Galicia ha comprado títulos de Tecnocom que le han permitido superar el 20% del capital y consolidar esta participación. Lo ha hecho tras su acuerdo con Caixanova, lo que hace indicar que no hay un cambio de preferencias. Tambiíén ha habido otras entidades que han salido de compras este año. Kutxa, por ejemplo, adquirió títulos de CAF, con lo que amplía su presencia por encima del 17,75%. La intervención del Banco de España en CajaSur ha puesto el foco en Sos Corporación, dónde tiene una participación del 5,19% a principios de este año. Este valor está bajo presión por su delicada situación financiera y por tener en el accionariado a varias cajas como Caja Madrid, Unicaja, Caja Granada y Caja Sol.
Por otro lado, el mercado tambiíén está atento a las cotizadas que esta semana han movido ficha de cara a una fusión. Entre las que más participaciones tienen está Cajastur, presente en Ence, Indra, Enagás y GAM, con el 5% en cada una (ver ilustración). Por su parte, CAM participa en el 6% del capital de Sol Meliá, en más del 5% de Natra y menos del 2% de Abertis.
Caja Extremadura y Cantabria, que entran en el SIP no tienen participaciones relevantes en el parquíé. Respecto a la cartera de Cajamurcia, Caja Granada, Sa Nostra y Caixa Penedí¨s, en conversaciones para unirse, hay un poco de todo. La entidad granadina, además de en Fersa, tambiíén está presente en Sos, Rovi y en menor medida en Puleva Biotech, Ferrovial y Avánzit. Penedí¨s tiene más del 19% de Miquel y Costas, pero los analistas no creen que haya riesgo de venta, por el estrecho vínculo que hay desde hace tiempo. Ven más factible que Cajamurcia se desprenda de un pequeño porcentaje de Enagás, de NH o de Sacyr, pero con las caídas en bolsa no creen que sea el mejor momento.