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Autor Tema: EL MIEDO  (Leído 1680 veces)

Scientia

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EL MIEDO
« en: Diciembre 08, 2007, 10:24:03 pm »

 
El miedo es nuestro gran problema. Es nuestro mayor obstáculo. Es la fábrica de la infelicidad.
Cada uno tiene sus terrores. Algunas personas tienen miedo a la oscuridad, otros a las arañas, o a las serpientes. A veces conocemos nuestros temores, pero otras veces el miedo reside en nuestro subconsciente.
Por temor, podemos sentirnos empujados a hacer ciertas cosas por una especie de compulsión misteriosa, lo mismo que a estar impedidos de hacerlas.

El miedo es una cosa horrible, es una peste, es un flagelo, es una mancha que corrompe nuestro intelecto.
Algunas religiones utilizaron este miedo para tener un poder absoluto sobre los pueblos. Hablaban de la condenación eterna, de los castigos que recibirí­amos por cada norma imcumplida.
Por eso, rechazaban la existencia de la reencarnación, porque si Dios nos ama y nos da todas las oportunidades que necesitemos, ¿De que tendrí­amos que tener miedo?

¿Sabeis que la religión cristiana, aceptó la teorí­a de la reencarnación hasta el año sietecientos y pico. No recuerdo la fecha exacta, pero fue
en el Concilio de Nicea cuando se prohibió esta creencia, con la amenaza de anatemizar a quien la difundiera



lauramsagra

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Re: EL MIEDO
« Respuesta #1 en: Mayo 17, 2009, 03:12:42 am »




¿Quiíén no tiene miedo?
Todos sentimos miedo en nuestra vida. Gracias a íél hemos llegado a sobrevivir como especie. De no ser así­ habrí­amos muerto bajo las patas de un mamut hace miles de años.

í‰ste es el miedo que llamamos equilibrante porque está asociado a la prudencia, nos permite reconocer aquellas situaciones que pondrí­an en peligro nuestra propia integridad. Este miedo evita por ejemplo que digamos a un superior lo que realmente pensamos de íél, o que nos quedemos en cama varios dí­as cuando nuestra obligación es ir a trabajar.

Pero, ¿quíé pasa cuando el miedo equilibrante se alarga en el tiempo y sin justificación aparente?: entonces se convierte en un miedo tóxico, que puede dañar nuestra salud y bienestar.

Pero, ¿quíé es el miedo?
El miedo es una emoción con la que nacemos, pero que se puede ir modulando a travíés de la propia educación, el entorno, la cultura, etc.
Los griegos lo explicaban muy bien a travíés de la mitologí­a: Venus, diosa del amor, mantuvo un romance con Marte, dios de la guerra. De íél nacieron cinco hijos: Cupido (dios del amor erótico), Anteros (dios del amor correspondido), Cocordia (diosa del equilibrio y la belleza), Fobos (la fobia) y Deimos (el miedo). Como vemos, el miedo por tanto procede de la unión del amor y la guerra.

¿Esto quíé quiere decir?. Que en la medida en que nosotros queramos o amemos algo temeremos perderlo.

Es muy fácil tambiíén apreciarlo en el famoso cuento Juan sin miedo: Juan era un chico que no conocí­a el miedo. Pasa mil aventuras y peripecias pero no consigue saber quíé es sentir miedo. Solamente al final del cuento, cuando se casa con la princesa y todo funciona perfectamente es cuando siente temor por primera vez. Hasta ese momento Juan no tení­a nada y por tanto no tení­a por quíé temer. Sin embargo, cuando nace su amor por la princesa, con íél nace tambiíén el miedo a perderla.

¿Se ha utilizado el miedo a lo largo de la historia como sistema de gestión de equipos de trabajo?
Sí­, indudablemente sí­. ¡Y realmente funcionaba! Según decí­a Ford en los años 40 el gran problema que encontraba a la hora de contratar personal para sus fábricas era que "pido dos brazos y me llegan con cerebro". Lo que se buscaba eran autómatas como el conejito de Duracell que se limitasen a realizar las tareas que otros habí­an ideado.
En la actualidad todaví­a existe más de un 50% de empresas que gestionan basándose en el miedo, pero a diferencia de hace cincuenta años, este sistema no tiene mucho futuro.

En un mundo que cambia a una velocidad vertiginosa, lo que vale es el talento, la innovación y la creatividad, y ninguna de ellas se puede desarrollar cuando existe el miedo.

¿Por quíé?. Reacciones fí­sicas ante una situación de miedo.
Cuando nos encontramos ante una situación de miedo nuestro cuerpo sufre una serie de cambios: el corazón palpita con más velocidad para enviar sangre a las extremidades y al cerebro, las pupilas se dilatan, y se producen tres hormonas: la adrenalina, la noradrenalina y los corticoides, tambiíén llamados hormonas del miedo. Los corticoides impiden que se produzca la conexión entre nuestras neuronas, la sinapsis, que como sabemos es la base de la creatividad.

Por tanto, es biológicamente imposible que una persona sea capaz de desarrollar todo su potencial cuando vive en una situación constante de miedo. Se paraliza.

¿Quíé tipos de miedo conocemos dentro del entorno laboral?
El miedo al rechazo, miedo al fracaso, miedo a la píérdida de poder, miedo a no llegar a fin de mes y miedo al cambio.

- El miedo al rechazo se podrí­a decir que es el miedo latino. Vivimos en una sociedad muy afiliativa, por eso necesitamos constantemente la aprobación del grupo. A este tipo de miedo pertenece la "vergí¼enza ajena", emoción que únicamente sentimos nosotros y que otras sociedades no entienden, y tambiíén el temor a hablar en público.

- El miedo al fracaso es más acentuado en sociedades anglosajonas. Esto es debido probablemente a su religión: mientras el catolicismo intenta crear la armoní­a del grupo y por tanto fomenta el miedo al rechado, la máxima del calvinismo es: "lo que hagas en esta vida será lo que alcances en la otra".

Si de todo aprendo, no hay paso equivocado.😉

lauramsagra

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Re: EL MIEDO
« Respuesta #2 en: Mayo 17, 2009, 03:14:04 am »
 El miedo a la píérdida de poder es quizá el menos reconocido. En un estudio que se hizo con 185 directores generales, solamente un 6% reconocí­a padecer este miedo. Sin embargo todos sabemos cómo nos gusta influir en terceros y mantener nuestra parcela de poder.

Cuando hablamos del poder distinguimos varios tipos: el poder que da la jerarquí­a (soy tu jefe en el escalafón de la empresa), el poder del experto (domino un tema), el poder de tener algo que el otro quiere (yo tengo esta información y te la doy cuando quiera), el poder de la influencia (soy la secretaria del director general y le hago llegar la información como quiero), el poder de la opinión (yo te otorgo poder para influirme con tus opiniones).

- El miedo a no llegar a final de mes es el más extendido. Este temor únicamente respeta a los jóvenes que viven en casa de sus padres sin responsabilidades pero...pon una hipoteca en tu vida y conocerás este miedo.

- El miedo al cambio es el padre de los demás miedos porque detrás de íél se desarrolla cualquiera de los otros cuatro. Una fusión, una reestructuración, etc, suponen que sintamos miedo a no ser acogidos por el grupo, a fracasar en los objetivos marcados, a perder nuestro puesto en la jerarquí­a o a perder el trabajo.

Cualquiera de ellos tiene la capacidad de paralizarnos y únicamente nosotros podemos lograr conquistarlo.

¿Cómo podemos conquistar el miedo?
Existen varios pasos para conseguir que el miedo no nos paralice:

1. Aceptar que tenemos miedo. Sabemos que todos lo padecemos y no es un sí­ntoma de debilidad reconocerlo.

2. Identificar cuál es nuestro miedo. A veces no es fácil reconocerlo. En ese caso lo mejor es centrarnos en la otra cara de la moneda: ¿cuál es nuestra motivación?: ¿estar integrados en el grupo? ¿ganar mucho dinero? ¿alcanzar unos objetivos?. En función lo que nos motive tendremos miedo a perderlo. Por ejemplo, si nos encanta formar parte de un grupo homogíéneo de personas, probablemente nuestro mayor miedo será al rechazo.

3. Mirar al miedo a la cara y hacerlo concreto. Nuestro peor enemigo siempre es nuestra propia cabeza. Nosotros somos capaces de imaginar cosas mucho peores que la realidad. Por eso son tan peligrosos los miedos ambiguos. Cuando un jefe te dice: "haz esto o atente a las consecuencias", probablemente pensemos en unas consecuencias mucho más dramáticas que las que luego realmente sucederán.

Por tanto, lo mejor es que ante una amenaza pongamos sobre el papel las posibles consecuencias. Por ejemplo, si me quedo sin trabajo, ¿cuántos meses de paro me corresponden? ¿tengo dinero ahorrado? ¿tengo contactos? ¿cuál es mi empleabilidad?, etc.

En definitiva, para superar los miedos lo mejor es centrarnos en nuestra motivación trascendente, aquella que nos empuja a seguir adelante a pesar de los riesgos.

Victor Frankl fue un psiquiatra judí­o que pasó la segunda guerra mundial en varios campos de exterminio, entre ellos Auswitz. Según íél, no se salvaron de aquel infierno los más fuertes, ni los más cultos, ni los mejor preparados, sino aquellos que tení­an una motivación más allá de su propia vida: "cuando salga escribiríé un libro", "cuando salga veríé a mis hijos", "cuando salga contaríé esto al mundo".

Como decí­a Nelson Mandela:

"No es valiente quien no tiene miedo, sino quien sabe conquistarlo"





 

 

 









 


 
 
Si de todo aprendo, no hay paso equivocado.😉