Por... TAMARA LUSH, HOLBROOK MOHR y JUSTIN PRITCHARD
Desde que la plataforma petrolera Deepwater Horizon explotó hace más de un mes y causó el peor derrame petrolero en la historia de Estados Unidos, su operador British Petroleum PLC ha minimizado la gravedad de la catástrofe en el Golfo de Míéxico.
En casi todos los aspectos -la cantidad de petróleo derramado, el impacto ambiental, incluso cómo cegar el pozo- las declaraciones de BP han resultado erróneas. La erosión de la credibilidad de la compañía parece casi tan difícil de detener como el chorro de petróleo que sale sin control del fondo del mar.
"Cometen un error detrás de otro. Crean la impresión de que ocultan algo", dijo el senador demócrata Bill Nelson, que ha criticado a BP por su renuencia a difundir videos del surtidor. "Estos tipos no se sienten responsables ante la ciudadanía o son unos trogloditas en materia de relaciones públicas".
Víéase, si no, la primera pregunta que salta a la vista desde la explosión del 20 de abril: ¿Cuánto petróleo se está derramando? Las estimaciones oficiales crecen diariamente: primero nada, despuíés unos 160.000 litros, luego 795.000 litros diarios. Adicionalmente, ahora varios científicos dicen que podría ser cinco veces mayor, superando de lejos la catástrofe ambiental del Exxon Valdez.
Mientras tanto, BP se ha mostrado renuente a reconocer que el problema era mucho más grave de lo que se dijo a los medios.
Se ha acusado a la gran petrolera de minimizar el cálculo porque el monto de las multas que deberá pagar depende, según la ley federal, de la magnitud del derrame.
Según Nelson, BP demoró la información debido a una ley federal que permite al gobierno imponer pagos punitivos desde 1.000 dólares hasta 4.300 dólares por barril de petróleo derramado en aguas estadounidenses. "Y por eso, naturalmente, quieren minimizar lo que la gente cree que van a derramar".
Las máximas estimaciones de BP, la Guardia Costera y la Administración Nacional del Ocíéano y la Atmósfera (NOAA por sus siglas en inglíés) superaron los 2,2 millones de litros diarios a fines de abril, dijo el vocero de BP David Nicholas a The Associated Press, pero fue apenas el jueves que los directivos reconocieron que el derrame era mucho mayor que la estimación anterior de 795.000 litros diarios.
Ya antes del accidente existían indicios de que BP podría subestimar la verdadera magnitud de un derrame.
En su plan de respuesta regional para el Golfo, la fórmula propuesta por BP para calcular el volumen de crudo en una mancha superficial era menor por un factor de 100 que la pauta internacional aceptada, la misma que usa la NOAA, el organismo federal encargado de hacer esos cálculos.
Nicholas dijo que no sabía de dónde derivaban los números en el plan de BP, "pero no se los usó" para calcular la cantidad de petróleo que llegó a la superficie del Golfo desde el incidente. Tambiíén destacó que los cálculos oficiales eran resultado de la colaboración de la compañía con organismos del gobierno.
En medio de críticas crecientes, cuando el viernes se le preguntó sobre la falta de transparencia de BP, el gerente de operaciones Doug Suttles dijo: "Tratamos de proporcionar todos los datos que podemos. Estamos en medio de esta operación... Hay una gran cantidad de transparencia aquí".
A la pregunta el viernes de por quíé BP había restado importancia a tantos factores y cometido tantos errores, Nichols evitó dar una respuesta directa: "Este suceso no tiene precedentes. Ninguna compañía, nadie, ha tenido que enfrentar una situación como íésta y a tales profundidades. BP, el mando unificado, cientos de compañías y miles de individuos están haciendo todo lo posible para controlarlo".
Lo cierto es que, entre la estimación más baja y la más alta hasta el momento, el pozo ha vertido entre 68 y 147 millones de litros de petróleo.
El presidente Barack Obama ha culpado directamente a la compañía por calcular incorrectamente la magnitud del derrame.
"Tal vez les interesa minimizar los daños y, en la medida que tienen información más precisa que cualquier otro, no ser totalmente francos", dijo Obama a la prensa el jueves. "Así que mi posición es que debemos verificar todo lo que dicen sobre los daños".
Por cierto que no es fácil medir una píérdida a más de 1.500 metros de profundidad. Algunas estimaciones se basaron en imágenes satelitales o vistas desde aviones. El gobierno ha trabajado con BP y Obama ha reconocido errores, pero es la compañía la que controla la tecnología, como los robots submarinos que filman el pozo.