La decisión adoptada en la tarde de ayer por el Consejo de Administración de CajaGranada de integrarse con otras tres entidades de ahorro ajenas a la comunidad andaluza (Caja Murcia, Sa Nostra y Caixa Penedíés) para formalizar un nuevo Sistema Integrado de Protección (SIP), tambiíén conocido como fusión fría, constituye un nuevo fracaso de la Junta de Andalucía y de su actual presidente, Josíé Antonio Griñán, en su idea, perseguida desde los tiempos de Manuel Chaves y Magdalena ílvarez como consejera de Economía, de crear una gran caja única andaluza mediante la fusión de todas las existentes en la Comunidad. Adiós al sueño eterno.
Las presiones desde la Junta andaluza sobre la entidad granadina y su presidente, el socialista Antonio Jara, han sido intensas en los últimos días, y llegaron a ser “brutalesâ€, de acuerdo con fuentes del sector consultadas por este diario, durante la jornada del martes 1 de junio, previa al Consejo de ayer donde se debía adoptar la decisión definitiva. Se trataba, según ello, “de hacer desistir a CajaGranada de esa idea, para que se aviniera a hacer lo propio, es decir, una SIP, pero con la malagueña Unicaja y con la sevillana Cajasolâ€.
De hecho, ayer mismo y mientras el consejo de la entidad granadina se hallaba reunido, en el mundo de las cajas andaluzas se daba por sentado que CajaGranada se caería del proyecto comandado por Caja Murcia, para plegarse a la idea de la Junta de operación con Unicaja y Cajasol, y ello “a pesar del pánico que tanto a Jara como a Antonio Pulido (presidente de Cajasol) les produce hacer algo con Medel, porque ambos saben que se les terminará llevando al huertoâ€.
El propio consejero de la Junta, Antonio ívila, reconoció ayer a preguntas de Agustín Rivera, corresponsal de este diario en Andalucía, haber llamado a Jara el domingo por la noche para que reconsiderara su decisión y aceptara el planteamiento de la Junta, aunque esa llamada “no puede considerarse una presión†(sic). La verdad es que hasta el líder de Izquierda Unida (IU), y no digamos ya el PSOE andaluz (su número dos, Rafael Velasco, ha dicho públicamente que la fusión fría de CajaGranada "no fortalece el sistema financiero andaluz") se han mojado en esas presiones al dictado de la Junta destinadas a cambiar la voluntad de CajaGranada.
Un fracaso personal de Josíé Antonio Griñán
Con estos antecedentes, no es extraño que el comunicado emitido en la tarde de ayer por CajaGranada, dando cuenta de su voluntad de integrarse en el SIP comandado por Caja Murcia, causara en la comunidad andaluza sorpresa y perplejidad a partes iguales: nadie creía en el fondo que el Consejo de la granadina se atreviera a tanto. Lo ocurrido es, para las fuentes, “un fracaso personal de un Josíé Antonio Griñán que no tiene la autoridad y el control de la situación que antes desplegaba Chaves en Andalucíaâ€.
Las fuentes sostienen que el gran animador en la sombra de ese proyecto ante Griñán ha sido de nuevo Braulio Medel, el presidente de Unicaja que, tras el fracaso de la fusión con Cajasur –el asunto que realmente ha vuelto del revíés los planes de la Junta-, sin olvidar el fiasco previo de la operación con Caja Castilla-La Mancha, se encuentra en un momento realmente delicado en lo que a sus relaciones con el Palacio de San Telmo sevillano respecta, y a quien sin duda agradaría prestar algún servicio al equipo que preside Griñán.
El SIP comandado por Caja Murcia dará lugar al sexto grupo financiero de cajas por volumen de negocio y al síéptimo en cuanto a activos. La sociedad central, que adoptará la forma jurídica de banco, tendrá su sede en Madrid y será la responsable de la definición y gestión de las políticas financieras y operativas del grupo. Estará participada en un 39% por Caja Murcia, seguida de Caixa Penedíés (27%); CajaGranada (19,5%) y Sa Nostra (14,5%). A la Junta andaluza le queda, como mal menor, una operación entre Unicaja y Cajasol. A la fuerza ahorcan.
