Aunque la seguridad por huellas dactilares, tambiíén llamada biomíétrica, no termine de convencer a todo el mundo, los inventos que utilizan esta tecnología siguen y siguen apareciendo en el mercado. Este es el caso del Sequiam BioBox, una caja con cerradura biomíétrica.
Su carcasa está hecha de acero y tiene el interior acolchado para que los objetos que queramos salvar estíén seguros y sufran el menor daño posible. Para su apertura es necesario pasar un dedo por el escáner situado en la parte superior, que puede guardar las huellas de hasta 6 personas diferentes registradas en una memoria interna no volatil (esto es, si el dispositivo se queda sin energía no se pierden los datos) que se alimenta de cuatro pilas de tipo AA que ofrecen una autonomía de unas 1.000 aperturas.
Y otra opción para abrir esta caja es una llave que actúa como copia de seguridad, por si ocurre algo inesperado y no queda otra opción para abrir la caja. Simplemente con la llave se abrirá (¿tan poco se fían los propios creadores del aparato que fabrican un míétodo de apertura alternativo?). Con unas medidas de 27.3x18.41x5.1 centímetros y un peso de casi 2 kilogramos, se vende por 240 dólares.
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Vía Xataka