Banqueros e inversores alertaron hoy en Viena del peligro de una regulación bancaria excesiva, que podría generar menos empleos y cerrar aún más el grifo de los críéditos, lo que a su vez estrangularía el ya menguado crecimiento económico.
El informe preliminar del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), que reúne a más de 400 entidades bancarias y financieras de todo el mundo, apunta que en el mercado laboral de la zona euro, con la introducción de más regulaciones bancarias se crearían 4,8 millones de puestos de trabajo menos en la próxima díécada.
Además, en los 16 países del euro, el crecimiento económico hasta 2020 se vería reducido en medio punto porcentual por año y el PIB nominal de la eurozona acabaría siendo unos 853.000 millones de euros más bajo al final de la díécada.
El inversor estadounidense George Soros amonestaba que la situación actual recuerda a la de la díécada de los años 30 del pasado siglo, cuando el díéficit fiscal era esencial para las políticas anticíclicas, pero pese a ello los gobierno deben ahora reducirlo por la presión que ejercen los mercados financieros.
Estas coordenadas, según el magnate, pueden empujar a la economía global una recesión doble, con una caída del PIB, seguida de una breve recuperación y otra nueva recesión.
A su juicio, la crisis financiera actual no sólo supone un fracaso del mercado, sino un fracaso regulador e incluso más importante, un fracaso del dogma que prevalecía sobre la infalibilidad de los mercados financieros.
"Hemos entrado en el segundo acto del drama, cuando los mercados financieros comenzaron a perder la confianza en la credibilidad de la deuda soberana", dijo.
Soros agregó que "Grecia y el euro se han convertido en el punto de atención, pero los efectos pueden ser sentidos en todo el mundo. Las dudas sobre la deuda soberana están forzando a reducir el díéficit cuando los bancos y la economía puede que no sean los suficiente fuertes para permitir buscar la corrección fiscal".
En este contexto, el gobernador del Banco Nacional Austríaco (central), Ewald Nowotny, incidía en que "los mercados no están funcionando de la forma correcta, tienen distorsiones" y que las primas de riesgo que se aplican para la concesión de críéditos "no reflejan la realidad".
Nowotny citó como ejemplo que "si se mira la deuda pública de España, no tiene nada que ver con la de Grecia".
La futura regulación de la banca y de los bancos de inversión, con sus productos sintíéticos, como los derivados y los seguros de riesgos para críéditos (CDS), ha sido el caballo de batalla de este foro.
"Es imperativo que las nuevas reformas de regulación sean coordinadas a nivel mundial tanto en tíérminos de su formulación como en el calendario de su puesta en práctica. Esperamos que la próxima cumbre del G-20 reafirme su compromiso de coordinación global", dijo Josef Ackermann, presidente del alemán Deutsche Bank.
El tambiíén presidente de la Junta de Directores del IIF afirmó esto ante la prensa junto con otros representantes del instituto, que presentó un "informe preliminar" sobre el posible impacto de una nueva regulación del sector en Estados Unidos, la zona euro y Japón.
El documento se basó en las reformas propuestas por el Comitíé de Basilea sobre Supervisión Bancaria, así como otras reformas propuestas por autoridades nacionales o "supranacionales", y, entre otros, concluye que una implementación demasiado rápida afectaría negativamente a la coyuntura y al empleo.
"El análisis sugiere que la implementación rápida de las propuestas del Comitíé de Basilea tendrían un impacto negativo de significancia en el crecimiento económico y en la creación de empleo", explicó por su parte Peter Sands, presidente del Comitíé Especial para la Regulación Efectiva del IIF.
"Específicamente, en Estados Unidos, la zona euro y Japón, el análisis indica que el PIB de 2015 sería un 3% menor" de lo que sería sin las reformas, "lo cual implica, en condiciones normales, que en un período de cinco años se crearían cerca de 9,7 millones de empleos menos" de los previstos en el mismo período sin reformas, añadió.
El experto reconoció que esas cifras son sólo una aproximación, dadas las múltiples variables a las que está sujeto el estudio, pero insistió en que habrá que pagar "un precio por hacer más seguro y estable el sistema bancario, y el precio inevitablemente lo lastrará la economía real".
Si bien afirma que la "dirección de la reforma es correcta", el IIF alerta que la reforma de las reglas financieras afectará el coste de los príéstamos y reducirá el volumen de críéditos que la banca provee a la economía real.EFE