El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, reforzó el jueves su papel como líder emergente en el mundo islámico con sus invectivas fuertemente aplaudidas contra Israel y cuestionamientos al papel de Washington, durante una cumbre árabe en el antiguo asiento del Imperio Otomano.
La presencia internacional de Erdogan ha crecido rápidamente desde el asalto de comandos israelíes a las naves de ayuda que se dirigían a Gaza. Los musulmanes celebraron sus palabras duras contra Israel y las ovaciones de los demás líderes islámicos confirman su posición como el híéroe de la hora en el Medio Oriente.
El Foro Económico Turco-Arabe comenzó con el pedido de que una comisión internacional investigue el asalto israelí del 31 de mayo en el que murieron ocho activistas turcos y un adolescente turco-estadounidense.
"¿Hemos de callar ante el asesinato de nueve personas? No podemos cerrar los ojos ante este acto de bandidaje en aguas internacionales", dijo Erdogan ante el foro. "Esto no puede continuar así".
El titular de la Liga Arabe, Amr Moussa, acusó a Israel de "atrocidades y asalto" al violar los derechos humanos y el derecho internacional y elogió a Turquía por enfrentar a Israel. El estado judío dice que sus comandos respondieron a ataques de activistas propalestinos.
El jueves, Turquía y 20 naciones árabes en un comunicado conjunto expresaron su "grave preocupación y condena de la agresión israelí".
El prestigio de Turquía, un país no árabe de mayoría musulmana, tambiíén ha aumentado entre sus aliados árabes por objetar las nuevas sanciones contra Irán, aprobadas por el Consejo de Seguridad de la ONU el miíércoles despuíés de rechazar un acuerdo de intercambio de combustibles logrado con la mediación de Ankara y Brasilia.
Desde hace meses, Erdogan se ha apartado de Occidente para presentarse como un actor protagónico en la escena global, principalmente tras el acuerdo con Irán.
En un aparente ataque a la política exterior de Washington, Erdogan dijo que "las armas, los embargos y la exclusión no funcionan" y añadió que el mundo pagaba un alto precio por esas estrategias en Irán y Afganistán.
Sin embargo, tambiíén rechazó eníérgicamente las insinuaciones de que volvía la cara hacia el oriente y reiteró el compromiso de su país de ingresar a la Unión Europea, aunque acusó a los europeos de actuar de mala fe y con "planes secretos" en lo que se refiere a Turquía.
"Algunos en la Unión Europea tratan de demorar el proceso de negociación, quieren impedir el proceso. Tratan de enfriar nuestro entusiasmo", dijo Erdogan. "Estamos al tanto de sus planes secretos, pero seguimos adelante" con las reformas.