Los expertos aseguran que la posible caída de nuestro país podría reducir el crecimiento de EEUU entre un 1.1 y un 1.2 por ciento, es decir, costaría al país hasta 300.000 millones de dólares.
Los inversores estadounidenses siguen atentos a los acontecimientos que giran alrededor de nuestro país. Pese a que el Gobierno de España intenta atarse el cinturón de forma acelerada y con la reforma laboral a punto de caramelo, muchos expertos a este lado del charco lo tienen claro: "las agencias de calificación han sido muy bondadosas con la deuda española, por eso esperamos nuevas rebajas de recomendación en los próximos meses". Al menos así lo asegura a elEconomista.es el estratega jefe de divisas del banco Brown Brothers Harriman, Marc Chandler.
"El problema se está extendiendo a países clave como Bíélgica o Francia. Las próximas semanas van a ser críticas para España con la emisión de nueva deuda tras la rebaja de calificación", explica Chandler. De hecho, la semana pasada veíamos cómo el interíés por la deuda española se reanimaba pero a un coste mucho mayor. El Tesoro colocó 3.900 millones de euros, al borde de su máximo previsto, 4.000 millones, pero un 67 por ciento más caro, al pasar del 2,03 por ciento de abril al 3,39 por ciento. Este interíés se acerca al 3,59 por ciento fijado en la subasta de Portugal.
"La economía griega, que equivale al tamaño del estado de Connecticut, consiguió tambalear los mercados de forma insospechada, por lo que España, cuyo tamaño supera al de Grecia y Portugal juntos, preocupa mucho más a la renta variable de EEUU", reconoce Jason Weisberg, corredor de bolsa de Seaport Securities. "Nunca imaginíé que esto llegaría a afectar tanto a los mercados", reconoce.
De hecho, apunta Chandler, si España llegase a correr la misma suerte que Grecia, la Reserva Federal estima que eso podría llegar a reducir el crecimiento estadounidense entre un 1.1 y un 1.2 por ciento, es decir, "nos costaría entre 140.000 y 300.000 millones de dólares, casi el valor de muchos de los programas de estímulo económico aprobados para fomentar el crecimiento de nuestra economía", explica.
Una gran volatilidad
Bajo este contexto, los inversores a largo plazo aquí en EEUU han preferido optar por una mentalidad de "esperar a ver quíé ocurre", asegura Weisberg, algo que ofrece una mayor oportunidad para los inversores a corto que son "quienes dominan el mercado en estos momentos" y hacen que cualquier noticia o titular provoque una gran volatilidad.
Aún así, y dadas las circunstancias, las perspectivas de EEUU para este año son optimistas. "Creo que todo depende de lo que ocurra en Europa pero veo factible que el S&P 500 cierre en los 1.150 puntos antes de que termine 2010?, deja claro el trader de Seaport Securities quien no duda en afirmar que los sectores a tener en cuenta en estos momentos son el tecnológico y el financiero. "Aunque todavía no tengamos claro que ocurrirá con la reforma financiera, creo que los bancos son muy inteligentes y sabrán adaptarse rápidamente a los nuevos cambios para obtener beneficios", aclaró.
El estratega jefe de divisas de Brown Brothers Harriman, por su parte, cree que EEUU tiene el pie puesto en el acelerador y en el caso de que los problemas de deuda soberana continúen en el futuro, la Reserva Federal podría optar por "blindarse" de lo que ocurra en Europa para garantizar la buena marcha de la economía norteamericana.
Bajo su opinión, las divisas a tener en cuenta en estos momentos, a parte del dólar, es el dólar canadiense. "Canadá ha demostrado mucha fortaleza, su banco central ha comenzado a subir los tipos y su sistema financiero es muy fuerte".