El premio Nobel de Economía y profesor de la Universidad de California Finn E.Kydland apostó hoy por que se prolongue la edad de jubilación a los 70 años dada la mayor esperanza de vida y se mostró poco partidario de realizar recortes salariales generalizados, sino basados en el rendimiento.
Además defendió su tesis de que para el buen funcionamiento de la economía hacen falta políticas a largo plazo, "consistentes en el tiempo", algo a lo que no tienen tendencia los gobernantes, influidos por los ciclos electorales.
Kydland destacó la importancia del papel de los gobiernos para "eliminar la incertidumbre" y mantener la "credibilidad" en cada país, ya que los inversores que deben impulsar la economía necesitan confianza en la previsibilidad de las políticas para tomar decisiones, o se irán a otro territorio, lo que es cada vez "más peligroso" por la globalización.
Mejor un "ajuste duro puntual"
Kydland aboga por que para salir de la crisis es mejor "un ajuste duro puntual" con visión a la recuperación posterior que poner "parches" cortoplacistas que provocan que el estancamiento perdure en el tiempo.
Asimismo, instó a "pensar menos en el consumo y más en la inversión", ya que si vuelve la inversión, estimula el consumo. Por ello, se mostró partidario de subir impuestos que puedan afectar al consumo si ello ayuda a reducir la deuda del país y poner las bases para el crecimiento futuro.
Respecto a la evolución de España, apuntó su crecimiento "bastante exitoso" hasta 2007. No contaba con datos tras la crisis, pero consideró que España ha caído "ligeramente por encima de la media" en una recesión que ha afectado a todo Occidente.
Falta de coherencia en las grandes regiones
En su intervención en la Cámara catalana, lamentó que ha habido "mucha incoherencia en los últimos tres años" -desde que empezó la crisis- en las políticas económicas de Estados Unidos y Europa, y puso el ejemplo de la administración americana, que salvó a algunas entidades financieras y a otras las dejó quebrar.
Este experto celebró el paquete de ajustes anunciado por Alemania para los próximos años para un crecimiento sólido en el futuro. Añadió como ventaja que la población alemana "está más dispuesta a aceptar recortes" por una mejoría a largo plazo sin castigar a los partidos en las urnas.
Recalcó la importancia de la productividad y el capital (material y humano), y rechazó los paquetes de estímulo de la economía que acaparan un gran volumen de fondos públicos si no se destinan a infraestructuras que permitan mejorar la productividad. Tampoco vio útiles bajadas fiscales temporales para estimular el consumo, ya que lo que aumenta en esos casos es el ahorro.