Los problemas de la deuda soberana española y su sistema bancario volvieron a centrar el miíércoles la atención de los inversionistas en la crisis de la deuda europea, lo que hizo ganar terreno al dólar frente al euro y otras divisas importantes.
Los temores por la deuda europea, las escasas posibilidades de crecimiento en varios países que usan el euro y los efectos punitivos de la reducción del gasto gubernamental han afectado al euro este año.
La divisa común de 16 naciones cayó la semana pasada a menos de 1,19 dólares, su peor cotización en cuatro años, y se ha contraído más de un 15% en lo que va de año ante la divisa estadounidense.
Los inversionistas se han refugiado en el dólar en busca de seguridad ante el temor de que los problemas europeos puedan frenar la recuperación económica global.
Al mediar la contratación en Nueva York, el euro cayó a 1,2259 dólares de 1,2349 el martes. Repuntó un tanto esta semana ante las buenas noticias económicas de todo el mundo, que convencieron a los inversionistas que la crisis de la deuda europea no ha tenido aún un impacto significativo en el comercio global.
La libra británica cayó a 1,4753 dólares de 1,4817 y el dólar retrocedió a 91,21 yenes japoneses de 91,38 yenes.
Los inversionistas temen que los problemas financieros españoles podrían desembocar en una crisis parecida a la de Grecia, cuyo posible contagio al resto de Europa motivó a la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional a elaborar en mayor un plan de emergencia de más de 900.000 millones de dólares para los países de la eurozona.
España tiene una economía mucho mayor que la de Grecia, por lo que una crisis en ese país podría tener repercusiones mucho más profundas en la economía mundial.
Por ello, la capacidad de endeudamiento del gobierno español se disparó el miíércoles, al día siguiente que la UE le exigiera mayores recortes del gasto público a fin de alcanzar las reducciones del díéficit presupuestario.