221 puntos básicos. í‰se es el diferencial entre el bono español y el alemán, el mayor en los últimos 14 años. La presión de los mercados ante la posibilidad de que España se vea obligada a solicitar ayuda del Fondo de Estabilización Europeo y que, de hecho, tal y como informó ayer este periódico, la UE y el FMI estíén diseñando ya un plan de liquidez de 250.000 millones para rescatar a nuestra economía, ha provocado que la prima de riesgo alcance su máximo desde 1996.
Y lo peor es que, ante esta situación caótica, el Tesoro español pretende colocar hoy deuda a diez y treinta años por un importe de entre 2.500 y 3.500 millones de euros. Para ello tendrá que elevar considerablemente la rentabilidad de los mismos.
Sobre todo si se tiene en cuenta que el rendimiento del bono español a diez años rebotó hasta el 4,88%, nuevo máximo anual, la mayor cifra desde agosto de 1998. Alemania, por su parte, paga esas mismas emisiones al 2,66%. De nada sirvió que el Gobierno aprobara por decreto la reforma laboral. El mercado sigue temiendo que España aún guarde sorpresas y por ese motivo castiga su coste de financiación.
Colocación
El país empieza a necesitar así respiración asistida. Y eso que a comienzos de semana logró colocar con íéxito 3.900 millones en bonos a tres años, operación por la que recibió una elevada demanda, pero por la que tuvo que ofrecer una alta rentabilidad, ya que pagó el 3,317%, el mayor interíés desde el 6 de noviembre de 2008 en una emisión a tres años.
Todo ello al margen de que el coste de los seguros contra impago de deuda (CDS) de España haya subido ya hasta los 252 puntos básicos, lo que implica un coste anual de 252.000 euros por cada diez millones de deuda, frente a los 245.800 euros del anterior cierre.
El miedo se empieza a extender entre las sociedades de inversión de toda Europa. "El hecho es que los inversores están nerviosos sobre la forma que se hará frente al problema crediticio de España y las calificaciones de la deuda del país", expresaba ayer un operador de renta fija en Londres. "En ausencia de compras de deuda española por parte del Banco Central Europeo, se convierte en un objetivo de venta fácil", agregó.
Y lo peor es que, al margen de los problemas de España, la situación no es mucho mejor en el resto de países de nuestro entorno. Respecto al diferencial de otros bonos con la deuda germana, considerada una de las más seguras de Europa, el griego subía ayer a 669 puntos básicos y el irlandíés a 288. Los PIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España) siguen siendo el blanco de todas las críticas, pero empiezan a compartir protagonismo tambiíén con otros países. En declaraciones recientes a Bloomberg, Bob Mackee, advertía en concreto sobre dos: Francia y Bíélgica. "La rentabilidad que demandan los inversores por bonos a diez años se ha duplicado la semana pasada ya que se están dando cuenta de que las economías más core tambiíén están muy endeudadas", afirma.
El euro recupera aliento
El panorama es desolador, pero el euro ha decidido darse en los últimos días un leve respiro y empezar a apreciarse, aunque sea levemente. Desde el pasado 7 de junio, coincidiendo con la recuperación de los mercados, la moneda europea ha recuperado un 3,36% de su valor respecto al dólar. Aunque los expertos siguen pensando que lo normal es que vuelva a caer y podamos ver a corto plazo al euro tocando suelo a 1,05 o incluso 1,01 dólares, ayer la cotización del euro se situaba en 1,23 dólares.
¿Y quíé pasa si vuelve a depreciarse y acelera su caída? "No pasa nada si fuera así, ya que es muy positivo para Europa. De hecho, la UE ha dejado de preocuparse por ello", aseguraba hace unos días Fíélix Cantos, de Atlas Capital. No en vano, ya a comienzos de año muchas firmas de inversión estimaban un cambio de 1,15 dólares por euro para cierre de ejercicio.