Por... JIM KUHNHENN
WASHINGTON -- Los límites a las cuotas que cobran los bancos a los comercios que aceptan tarjetas de díébito no serán válidos para las tarjetas emitidas por el gobierno, según un acuerdo tentativo en el Congreso.
El acuerdo anunciado el lunes, el cual busca disminuir los temores planteados por los tesoreros estatales, hace menos estricta una cláusula contemplada en el Senado dentro de un amplio proyecto legislativo de regulación financiera, la cual requiere que la Reserva Federal limite la cantidad de dinero que los bancos recaudan de los comercios en cada transacción con tarjetas de díébito.
Por otra parte, los negociadores de la Cámara de Representantes accedieron tentativamente a la propuesta del Senado para establecer una oficina de protección al consumidor como un organismo independiente dentro de la Reserva Federal. La cámara baja y el gobierno del presidente Barack Obama querían una agencia totalmente independiente.
La cláusula relacionada a las tarjetas de díébito, aprobada por el Senado el mes pasado, busca ahorrarle a los comercios miles de millones de dólares en cuotas por el uso de estas tarjetas. Los comerciantes argumentaban que dichos cobros derivaban en un aumento en los precios a los clientes.
Bajo el acuerdo tentativo los límites no cubrirían a las tarjetas de díébito emitidas por los gobiernos federales o estatales, que utilizan esas tarjetas para programas como los pagos de apoyo en caso de desempleo o a los menores de edad.
Varios tesoreros estatales argumentaban que el restringir las cuotas que pagan los comercios podría obligar a los bancos a aumentarle a los estados los costos de las tarjetas.
Los establecimientos suelen pagar a los bancos y a las redes de tarjetas de críédito -usualmente Visa y MasterCard- entre 1 y 2% de una transacción con tarjetas de díébito. La mayor parte de ese dinero va a los bancos.
El acuerdo requiere que la Reserva Federal establezca límites a estas cuotas de acuerdo a lo que considera "razonable y proporcional" a los costos de los bancos.
Además le permite a la Fed, al determinar la cantidad de la cuota, considerar los costos de los bancos para protegerse contra el fraude en las tarjetas de díébito.
Los cambios tambiíén requerirán que el banco central regule únicamente las cuotas que establecen los bancos y no las redes de tarjetas de críédito como Visa y MasterCard. Los bancos imponen la mayoría de las cuotas