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Autor Tema: El Gobierno filtra el escándalo de Suiza para frenar la fuga de capitales  (Leído 281 veces)

Eguzki

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El Gobierno ha conseguido su objetivo de sembrar el temor entre los ciudadanos con cuentas en paraí­sos fiscales tras la filtración de la noticia de que Hacienda ha identificado a 3.000 patrimonios españoles en Suiza.  Una noticia que ha causado extrañeza en numerosos profesionales de la banca privada y que, además, choca con la versión oficial que ayer ofreció el banco donde se encuentran las cuentas, HSBC.

"El efecto ha sido inmediato. Todo el mundo que tiene cuentas en paraí­sos fiscales con otros bancos empieza a tentarse la ropa porque no se fí­a de que le pueda ocurrir lo mismo que a los clientes de HSBC", explica una fuente del sector. Hay que tener en cuenta que no es la primera vez que ocurre una filtración de este tipo, y que UBS se saltó el secreto bancario suizo en 2009 para revelar datos confidenciales de 4.450 clientes a la Hacienda de EEUU.

Distintas fuentes consideran esta filtración gubernamental el último paso en una campaña para provocar una repatriación de capitales depositados en paraí­sos fiscales, dentro de la que entrarí­an los globos sonda publicados por algunos medios sobre la posibilidad de que se apruebe una amnistí­a fiscal en nuestro paí­s y las negociaciones de Hacienda con ciertos contribuyentes para que puedan repatriar ese dinero en condiciones ventajosas.

Asimismo, pretende evitar una salida masiva de patrimonios hacia climas más cálidos para el dinero cuando se apruebe el nuevo impuesto "para los ricos" que supuestamente entrará en vigor en 2011. Evidentemente, los fines gubernamentales son recaudatorios para reparar en cierta medida el maltrecho estado de las arcas del Estado.

Un precedente muy peligroso

Un abogado especializado señala que se está produciendo un doble fenómeno: "Por un lado, los altos patrimonios están empezando a repatriar su dinero B desde Suiza, Andorra y otros paraí­sos fiscales por miedo a que Hacienda les pille como a los de HSBC; por otro, hay quien se está llevando el dinero A de España por miedo a la solvencia de nuestro paí­s y de nuestras entidades financieras en el contexto de la actual crisis de la deuda".

Sin embargo, hay quien se muestra más optimista: "Lo que ha hecho Hacienda con este trato tan amable a los implicados, dándoles un plazo para regularizarse y prometiíéndoles la exención penal si lo hacen, sienta un precedente demoledor: si tienes cuentas en un paraí­so, a partir de ahora sabes que, en el peor de los casos, no te van a tratar peor que a los de HSBC", reflexionan desde otro bufete. De ahí­ que aconsejen "esperar hasta que te pillen, con la garantí­a de que, antes de que la fiscalí­a actúe contra ti, vas a tener un plazo para salvarte".

Ayer, los inspectores de Hacienda hicieron suyo este argumento y calificaron la actitud de la Agencia Tributaria de "escandaloso trato de favor" respecto al común de los contribuyentes, equiparable a una amnistí­a fiscal.

Una historia llena de agujeros

Por otro lado, la historia difundida desde las altas esferas tiene bastantes agujeros y choca frontalmente con la versión oficial del propio HSBC. El principal punto que causa incredulidad es la cifra de 3.000 afectados, ya que el banco ni siquiera tiene unidad de banca privada en España. Un portavoz del mismo señala que, como máximo, habrí­a 1.500 afectados en España. No obstante, hay que distinguir entre clientes individuales y cuentas, puesto que cada cliente puede tener varias cuentas, y tambiíén que pueden incluirse cuentas cerradas hace años

El segundo elemento dudoso es el referido a las fechas, ya que HSBC asegura que esta lista fue robada en 2007 por su empleado Hervíé Falciani, y que, por tanto, sólo contiene información hasta esa fecha, y no hasta el año pasado. Hay un tercer punto misterioso: la Hacienda francesa, que fue quien obtuvo (o compró) la información, se comprometió a dar cuenta a las autoridades suizas cada vez que la facilitara al fisco de otro paí­s. Hasta ahora habí­a cumplido su promesa, pero en el caso de España no ha sido así­.