La asunción generalizada de que los Gobiernos europeos nunca dejarán caer a sus bancos como hizo EEUU con Lehman Brothers en septiembre de 2008 ha quedado en entredicho por los recortes fiscales, opina el profesor de Harvard Niall Ferguson.
"Los bancos europeos me ponen nervioso desde hace bastante tiempo", señala Ferguson en una entrevista con la CNBC. Añade que está "anonadado" por cuánto tiempo han necesitado los mercados para darse cuenta de que hay un problema con la banca europea, que estaba más apalancada que la norteamericana, y por la idea generalizada de que los Gobiernos europeos nunca harían algo como lo que hizo EEUU con Lehman.
"Pero eso se basaba en la idea de que los Gobiernos europeos tenían unos bolsillos sin fondo... y la crisis griega ha demostrado que no era así", opina Ferguson. Y va más allá: "Acabo de estar en Atenas y me he dado cuenta de que no hay un rescate de Grecia, sino un rescate de la banca alemana".
El último episodio preocupante sobre las entidades europeas son las presiones de la banca española para que el BCE renueve su inyección de liquidez anual de 442.000 millones de euros que vence esta semana.
El economista Nouriel Roubini, el gurú de la crisis, añade leña al fuego al declarar que espera una recaída en la recesión de la zona euro, lo que afectará a la economía de EEUU y provocará una mayor corrección de las bolsas.
Ferguson coincide en este aspecto con Roubini, aunque piensa que la economía norteamericana no se contraerá, sino que solamente crecerá a un ritmo muy lento. "La UE es un gigantesco socio comercial de EEUU, y el hecho de que vaya a volver a la recesión es preocupante", añade.
A más largo plazo, no obstante, cree que EEUU tendrá que afrontar duras medidas para reducir su díéficit público, como están haciendo los países europeos. "La situación macroeconómica ha mejorado claramente este año, pero si te proyectas algunos años en el futuro, la situación fiscal de EEUU es horrenda", concluye.
Casi nadie considera posible que EEUU pueda sufrir una crisis al estilo griego, pero Ferguson responde: "Saben quíé, que podría". Eso sí, discrepa de Paul Krugman, que ha escrito que estamos abocados a una tercera depresión por la reducción del gasto público. "La gente que, como Krugman, vive en torres de cristal tiene que entender que los díéficits importan", critica.