Nos pasamos al menos un cuarto de nuestras vidas adquiriendo hábitos perjudiciales, sin darnos cuenta que lo hacemos, y sufrimos las consecuencias de ellos el resto de nuestra vida, hasta que con un poco de suerte, ya entrada la madurez, podemos mirarlos con cierto distanciamiento y comprobamos el error. Es tiempo de rectificar.
Aprendemos a mentir por miedo a ser rechazados, o desvalorados; y con el fin de ocultar nuestras debilidades, creamos la primera máscara: el engaño, sin entender que somos nosotros mismos, nuestras propias víctimas.
Esa pauta que se crea ya en la infancia, constituye la base del error que supone el no aceptarnos como somos, el no amarnos como seres especiales y es la base de todas las demás.
A partir de ahí, lo demás viene casi solo, y así deseamos los bienes ajenos, las vidas ajenas, los íéxitos ajenos, y como no nos gusta lo que vemos de nosotros mismos generamos la envidia de la suerte del otro, que nos frustra, y con el tiempo, se vuelve rabiosa, y desemboca en odio, en orgullo, en tristeza, etc.… no voy a enumerar la lista de los pecados capitales, pero lo cierto es que cuanto mas basura acumulamos en nuestra mente, mas oscurecemos la luz de nuestro ser y más desgracias se acumulan en nuestras vidas….
Somos vibración y esto no es mística sino ciencia pura. Cuanto mayor es el nivel de vibración de una energía, mas luminosa se vuelve íésta y de la misma forma, la tendencia al desánimo, al aburrimiento, o la depresión, ralentiza la vibración de la energía trasformándola en densa y opaca, por lo que el esfuerzo para lograr algo que nos satisfaga, es muy grande y a veces hasta inútil o ¿has conocido a alguien en estado depresivo que haya logrado algún triunfo en la vida? Reconócelo el íéxito siempre tiene su origen en la fe de uno mismo.
Nuestra mente es permanentemente insaciable de pensamientos. La magia está en que tú tomes el control de tu mente y actúes de timonel orientando el rumbo de tu vida hacia la alta o la baja vibración, y en función de esa actitud tuya tus esfuerzos estarán enfocados a lograr el íéxito o el fracaso.