M. Jimíénez / S. Millán - Madrid - 02/07/2010
El sueño de Microsoft con Kin, el primer smartphone propio que lanzaba la compañía al mercado, ha terminado casi antes de nacer. Más concretamente, tres meses despuíés de anunciarlo y menos de dos meses despuíés de ponerlo a la venta. Ayer, los medios norteamericanos fueron muy expeditivos y claros en sus mensajes. The Wall Street Journal publicó que "Microsoft mata al móvil Kin"; The Street.com indicó que "Microsoft para las ventas del móvil Kin", mientras la agencia Reuters apuntó que "Microsoft desenchufa su móvil Kin".
Por un lado, la compañía ha cancelado el plan de lanzar el Kin en Europa en septiembre, como estaba previsto. Por otro, indicó que el equipo de personas que trabajaba en el proyecto pasará a integrarse con el grupo que desarrolla el sistema operativo Windows Phone 7. Microsoft indicó que continuará trabajando con Verizon en EE UU (operadora que comercializa el móvil) para vender los actuales terminales Kin, si bien, según la agencia AP, ninguna de las partes precisó si se van a fabricar más unidades.
El movimiento ha recibido diversas críticas. Quizá la revista Forbes ha sido una de las más duras al asegurar que los Kin nunca se vendieron y nunca se iban a vender. "Fue una terrible idea desde el principio", dijo. En este sentido, Microsoft no ha ofrecido ningún dato de ventas, si bien, según algunos rumores recogidos por la BBC indican que habría comercializado en torno a medio millar de unidades. Sin duda, una píésima evolución frente a Apple, por ejemplo, que ha sido capaz de vender 1,7 millones de unidades del iPhone 4 en sólo tres días. O los terminales con el sistema operativo Android de Google, que se venden a una media de 100.000 unidades al día, según los últimos datos ofrecidos por la empresa.
Quizá estos resultados fueran el detonante de la sorprendente salida de la compañía a finales de mayo de Robbie Bach, responsable de la división de Entretenimiento y Dispositivos, y considerado como el número 3 de Microsoft. El fracaso en el móvil se unía al fiasco de la firma en el mundo de los reproductores musicales, donde su Zune deambula con más pena que gloria ante el iPod de Apple.
De todas formas, no es el único proyecto al que Microsoft ha echado el freno. La compañía abandonó esta primavera su plan para lanzar su tablet Courier. El carpetazo del proyecto ocurría casi en paralelo a que HP anunciara que adquiría Palm y paraba el plan para lanzar tambiíén sus nuevos tablets, que habían sido presentados por el propio Steve Ballmer en el CES de Las Vegas. Sólo la XBox parece haber dado alguna alegría a Microsoft por lo que se refiere a hardware en el mercado de consumo.
Con todo, Microsoft decidió que Andy Lees, su máximo responsable en el mundo móvil, reportara directamente a Ballmer. Es decir, el consejero delegado pasaría a estar al frente de esta actividad. Ahora la decisión de parar el programa Kin ha sido de Lees. Y el proyecto móvil del gigante de Redmond se va a concentrar en el Windows Phone 7.
"Tenemos muy claro que nuestro foco en el terreno móvil pasa por Windows Phone 7, que, entre otras cosas, hace mejor que cualquier plataforma del mercado toda la funcionalidad de redes sociales que aporta precisamente Kin ", asegura a CincoDías Pablo Sánchez, director de Marketing de Movilidad de Microsoft Iberia. Según el directivo, el objetivo es "no dispersarnos y poner todos los recursos en nuestra mejor apuesta".
La multinacional planea que lleguen al mercado los primeros móviles con Windows Phone 7 para la campaña de Navidad. Para esa fecha, en torno a ocho fabricantes de móviles tendrán en la calle su modelo con el nuevo y, según los expertos, potente sistema operativo de Microsoft. "Saldremos al mercado con un portfolio de terminales y de servicios (aplicaciones) muy sano", añade Sánchez.
Hasta que llegue ese momento, lo que es evidente es que Kin, cuya fabricación se había adjudicado a Sharp y su comercialización en Europa a Vodafone, no ha logrado engatusar a los jóvenes que viven enganchados a las redes sociales como era su objetivo, ni ha sido suficiente como para que Microsoft suponga, por ahora, un desafío para Apple o Google en el pujante mercado del smartphone.