La delicada situación de Wall Street invita a aplazar, por ahora, compras
por Josíé A. Fernández Hódar
Los principales índices bursátiles norteamericanos han roto soportes importantes. Para invertir a medio plazo, no hay que tener prisa, pero conviene ir afilando el lápiz.
Esperábamos que la cosa no fuera a mayores y que los índices norteamericanos rebotasen al alza, de forma contundente, desde la primera zona de soporte. En el caso del S&P 500, cuyo gráfico mostramos, el nivel de soporte estaba en la zona de los 1.050 puntos. Desde ahí, era posible que el rebote le llevase hasta las inmediaciones de los 1.200 puntos, donde están los altos de abril. El esperado rebote quedó en un “quiero y no puedo†y se agotó en los 1.120 puntos.
La suerte estaba echada: estábamos ante la segunda reacción alcista que se agota antes de alcanzar la precedente, algo que cualquier aficionado al análisis tíécnico sabe que significa lo del pintor: agárrate a la brocha que me llevo la escalera. Y tanto que se la llevó. Pero como estamos cansados de ver que en momentos críticos siempre aparecer el 7º de Caballería y salva la situación, esperamos, una vez más, el milagro.
¿Y ahora quíé? Ahora toca bajar. ¿Hasta dónde? Hasta el nivel en el que los señores de la guerra vean que se están sumando muchos inversores al bando bajista y decidan que toca rebotar. Pero ojo, un rebote se agotará antes de alcanzar los 1.120 puntos, y vuelta a las bajadas. El hipotíético nivel de caída debería estar en los 950 puntos. Pero hay que tener asumido que estamos en una partida en la que la pareja contraría lleva ases en la manga y tienen las cartas marcadas. Esto es así, aunque se quiera disimular con seudo explicaciones con trasfondo macroeconómico.
Hoy Wall Street no abre sus puertas. Los inversores intentaron, en la última hora de sesión del viernes, llevar a los índices a terreno positivo. Pero no pudo ser, había bajistas al asecho y en cuento vieron a los índices en verde les soltaron un buen papelón y los pusieron en rojo.
Con este decorado de fondo, si se opera a corto en España, lo que toca es no hacer nada. Y si se tienen conocimientos y experiencia, se pueden tomar posiciones cortas con futuros u opciones sobre el índice o sobre valores. En este último caso, parece aconsejable hacerlo sobre los pesos pesados del Ibex 35, sobre todo, con BBVA, Santander e Iberdrola, más volátiles que Telefónica o Repsol YPF.
Y si se dispone de un capital que no se vaya a necesitar en los próximos dos o tres años, es momento de ir afilando el lápiz y prepararse para tomar posiciones, precisamente, en los mismos valores con los ahora los operadores a corto hacen su agosto, vendiíéndolos a críédito u operando con derivados. Luego, cuando el mercado se de la vuelta, tendrán que comprar de prisa y corriendo y provocarán fuertes subidas.