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Autor Tema: ¿A quiíén sirve el Estado?...  (Leído 412 veces)

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¿A quiíén sirve el Estado?...
« en: Julio 07, 2010, 07:19:48 pm »
Por...   Josíé Luis de la Cruz Gallegos

¿Por quíé la pobreza representa el verdadero problema estructural de Míéxico? La razón es simple: los 47 millones de personas pobres que oficialmente se contabilizan en Míéxico representan una población que se ubicarí­a en el lugar 27 a nivel mundial, mayor que España, Ucrania, Colombia, Tanzania o Argentina.

El agravante es que en esa hipotíética nación nadie escaparí­a del flagelo de la pobreza.

Si bien dicho ejercicio ya dimensiona el desafí­o que la pobreza representa en Míéxico todaví­a se puede dar un paso adicional.

Dentro del universo de 47 millones de pobres existen 23 millones que no tienen para alimentarse “adecuadamente”.

Siguiendo el esquema previo lo anterior representa una población que se encontrarí­a en el lugar 50 del mundo, por encima de Taiwán, Australia, Siria, Rumania, Mozambique, Chile, Holanda o Camerún. La caracterí­stica que este nuevo paí­s tiene es que NADIE podrí­a comer “adecuadamente”, es decir la nación de 23 millones de pobres sufrirí­a de hambre.

Llegado a este punto. ya puede entenderse el por quíé este es el verdadero desequilibrio en Míéxico, el que se traduce en los severos problemas sociales que afectan a la nación: los pobres citados no se encuentran en un lugar ficticio, todos ellos viven (algunos sobreviven) en las ciudades y el campo mexicano.

Evidentemente que al reconocer esto deberí­a ser claro que las estrategias de la polí­tica económica oficial, las de los partidos polí­ticos de oposición, de las organizaciones civiles y empresariales que tienen iniciativas propositivas para atender la crisis social que lo anterior representa y el esfuerzo de las universidades deberí­a converger hacia la atención de dicho desafí­o.

¿Quíé tan grave es el problema? Tomando cifras de producción nacional debe iniciarse con el ejemplo más representativo, el maí­z para consumo humano, y del cual depende la elaboración del alimento fundamental en la dieta nacional, la tortilla.

De acuerdo con estadí­sticas oficiales en 2008 la producción nacional fue de 23.5 millones de toneladas, y en dicho año la población mexicana era de alrededor de 106.7 millones, por lo que cada mexicano tuvo 604 gramos para alimentarse diariamente, ello suponiendo que no existió desperdicio, acaparamiento u algún otro desví­o del maí­z hacia el consumo humano.

¿Representa un problema lo anterior? En 1980 la cifra per cápita fue de 489 gramos o, puesto en otras palabras, en casi 30 años la producción nacional de maí­z para consumo humano avanzó alrededor de 115 gramos (alrededor de 4 gramos por año).

En el caso del frijol, la producción nacional en 2008 fue de casi 994 mil toneladas. Realizando el mismo ejercicio que en el caso del maí­z, ello se traduce en 26 gramos por dí­a.

El resultado es contundente y menos alentador que en el caso del maí­z: en promedio un mexicano no puede recibir ni 50 gramos de frijol nacional al dí­a, ¿Cómo vivir con semejante limitante productiva? La respuesta es obvia: se tiene que importar.

Para el caso de la leche la evolución es similar: cada mexicano tiene únicamente 271 mililitros al dí­a, suponiendo que tenga dinero para comprar su comida, es decir que no tenga problemas de empleo y bajos salarios, otro de los pendientes históricos del paí­s.

Llegado este punto deberí­a cuestionarse ¿De quiíén es la responsabilidad de encontrarse en una situación de insuficiencia alimentaria? La respuesta es evidente: el Estado y la burocracia polí­tica que gira a su alrededor y que cada proceso de elección busca el poder, sin atender el problema de las personas pobres.

Si bien existen iniciativas de otras partes de la sociedad ellas serán insuficientes si no encuentran la suficiente sensibilidad y eficacia en la acción de las esferas oficiales, teniendo como resultado que el verdadero problema de Míéxico, el hambre de los más pobres siga sin resolverse y generando mayores desequilibrios sociales.



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