Ante las señales de que la recuperación económica está flaqueando, funcionarios de la Reserva Federal consideran nuevas medidas para alentar el crecimiento.
Ante la parálisis en el Congreso sobre si es necesario tomar nuevas medidas para impulsar la economía, la Fed sopesa modestos ajustes que podrían brindar apoyo a la actividad económica, en momentos en que su meta de tasas de interíés a corto plazo está ya casi en cero. Los funcionarios federales se resisten a los llamados a sacar la artillería pesada —infusiones masivas de efectivo, como las aplicadas durante lo más profundo de la crisis financiera—, pero podrían reconsiderar si las condiciones empeoran.
“No podemos quedarnos cruzados de brazos... creo que hay muchas cosas que podemos hacer si es necesarioâ€, dijo James Bullard, presidente del Banco de la Reserva Federal de San Luis.
Algunos economistas alientan a la Fed a lanzar nuevo programa de compra de activos, con el argumento de que la dependencia debe usar todas las herramientas a su alcance para encarrilar la economía.
Los funcionarios de la Fed consideran que tal estrategia tendría un impacto menor en la economía y conllevaría el riesgo de alentar el crecimiento.
Sin embargo, no descartan por completo este programa, que aplicarían sólo si uno de sus pronósticos básicos —la continua expansión de la economía— resulta equivocado. Un factor clave que contribuiría a apoyar nuevo programa de compra de activos sería un aumento en el riesgo de deflación —el peligroso ciclo de caída de precios—, que se ha vuelto más preocupante a medida que se desacelera la economía mundial.
“Pienso que tenemos una variedad de herramientas disponibles, y no debíamos descartar ningunaâ€, afirmó el presidente de la Reserva Federal de Boston, Eric Rosngren. “Si no estamos contentos con cuánto tiempo nos llevará alcanzar las metas de nuestro doble mandato —máximo empleo y precios estables— tendremos que hacer algunos ajustes a nuestras políticasâ€.