La morosidad no es sólo un problema de los agentes económicos privados con el sector público. Cobrar las deudas tributarias tambiíén se ha convertido en un autíéntico suplicio para Hacienda. Los contribuyentes -personas físicas o empresas- deben al Fisco nada menos que 11.663 millones de euros. Una cantidad que representa más del 1,1% del producto interior bruto y que supone el 7,6% de lo que recauda la Agencia Tributaria en un solo ejercicio.
Se trata, con diferencia, de las mayores tasas de morosidad jamás alcanzadas por la economía española. Pero lo sorprendente es su rápida evolución. En 2005, los derechos pendientes de cobro ascendían únicamente a 4.878 millones, y un año más tarde -todavía sin crisis económica- había pasado a 6.299 millones. El año 2007 se cerró con una morosidad equivalente a 6.987 millones, pero es que un año más tarde se había acelerado hasta los 8.727 millones. Es decir, que en 2009 -ya en plena recesión- las deudas con la Agencia Tributaria (los 11.633 millones) han crecido un 33,5% respecto del año anterior.
Para hacerse una idea de lo que significan estas cifras hay que tener en cuenta que la morosidad del año pasado, según cifras oficiales, representa el 10% del díéficit presupuestario alcanzado por todas las administraciones públicas. No se trata, por lo tanto, de una cifra pequeña. Lo peor, sin embargo, es que Hacienda nunca podrá recuperar una cantidad importante de ese dinero, ya sea por la propia insolvencia de los contribuyentes o por la existencia de medios de elusión fiscal. O dicho en otros tíérminos, empresas que hacen alzamiento de bienes para no pagar al Fisco.
Eurostat -la agencia estadística de la UE- obliga a que una vez transcurridos una serie de años los estados miembros den como perdidos derechos de cobro irrecuperables. Y en este sentido, los datos de la Intervención General del Estado (IGAE) correspondientes a 2008 muestran que el Fisco considera incobrables más de 5.000 millones de euros que le deben los contribuyentes, pero que difícilmente podrá recuperar. En concreto, 5.049 millones de euros que Hacienda considera ya de recaudación incierta o de dudoso cobro, según la terminología de Eurostat.
La cifra supone nada menos que el 0,47% del PIB de ese año, aunque lo más relevante es que representa un crecimiento del 29,9% respecto del 2007. Eurostat, la oficina de estadísticas de la Unión Europea, obliga cada ejercicio a los países miembros a realizar una serie de ajustes en sus díéficit de caja (lo que realmente pagan e ingresan) con el objetivo de que reflejen de una manera fiel las cuentas públicas.
Esquivar a Hacienda
Uno de estos ajustes corresponde a la variación de los derechos pendientes de cobro, Es decir, dinero que legalmente corresponde cobrar a Hacienda (criterio de devengo y no de caja), pero que todavía no lo ha recaudado la Agencia Tributaria por diversos motivos.
¿Y quienes son los contribuyentes que deben más dinero a Hacienda? Los datos de la Agencia Tributaria muestran que el agujero se concentra en el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). En este caso, los derechos pendientes de cobro respecto de los derechos reconocidos (la deuda tributaria) representan el 22,1%, lo que significa que Hacienda ingresa con retraso uno de cada cinco euros.
En el Impuesto de Sociedades el porcentaje alcanza el 13,4%, mientras que en el Impuesto sobre la Renta la morosidad se sitúa en el 7,4%. Esto significa que son las empresas las que se acogen en mayor medida al retraso en el pago de tributos, lo cual parece coherente con el deterioro de la actividad económica. Como admite la Agencia Tributaria en su último informe anual de recaudación, “el intenso crecimiento de los derechos pendientes de cobro en los dos últimos años refleja los problemas de liquidez de los contribuyentesâ€. En 2009 se unió, además, la flexibilización en los requisitos de acceso a los aplazamientos de pago.
No todos los derechos pendientes de cobro se han generado, sin embargo de forma amistosa con Hacienda. Según la Agencia Tributaria, 3,649 millones son fruto de actas de inspección, superando en un 42,7% el importe de 2008. Por figuras impositivas, destaca el Impuesto de Sociedades, donde los derechos por actas suponen casi las tres cuartas partes del importe total.
El resto de los derechos pendientes, vinculados principalmente a aplazamientos en autoliquidaciones y liquidaciones de gestión, asciende a 8.005 millones con un crecimiento del 30% y un peso sobre el total de derechos pendientes que se sitúa en torno al 70% en los dos últimos años, lo que supone un incremento de más de once puntos respecto al 57% de 2007. Por figuras, el IVA aporta más de la mitad del aumento de la cantidad pendiente por aplazamientos de autoliquidaciones.