Tras un proceso de venta decidido hace un año, Centrica ha vendido su filial española. Y lo ha hecho, por 29 millones de euros (35 millones, menos el dividendo pagado este año), al Grupo Villar Mir, que quiere integrarla en su división energíética.
El pasado 20 de julio el grupo británico Centrica firmó un acuerdo con el grupo Villar Mir para venderle su filial española, Centrica Energía. La operación fue anunciada ayer en Londres durante la presentación de los resultados semestrales de la multinacional energíética, aunque se cerrará a finales de septiembre, una vez que reciba la autorización de la Comisión Nacional de la Competencia (CNC).
Según la información oficial que figura en la web de Centrica, el importe de la operación es de 35 millones de euros, que incluye el dividendo cobrado con anterioridad a la venta. Según apuntan fuentes próximas al grupo español, la retribución prevista es de unos seis millones de euros, con lo que el desembolso de Villar Mir sería de 29 millones. Oficialmente, la compañía se ha limitado a proporcionar el importe total.
Dentro del grupo, ha sido la división energíética, Villar Mir Energía, la que ha adquirido Centrica. Esta división gestiona los 200 MW hidráulicos de las centrales del grupo Ferroatlántica en Galicia y Aragón y recibió la licencia para comercializar electricidad el pasado mes de junio.
Según fuentes del mercado, el grupo británico ha recibido tambiíén una oferta del equipo directivo español, cuya cuantía no se ha desvelado, y que no habría podido competir con la que ha resultado ganadora. El presidente de Centrica Energía, Enrique Gimíénez, pertenece al staff de la matriz británica, por lo que quedaría, por el momento, fuera de la operación.
Villar Mir Energía ha adquirido todos los activos de Centrica, cuyo proceso de venta fue anunciado justo hace un año en Londres, y su objetivo es integrarlos en su estructura empresarial.
Centrica Energía, que obtuvo en 2009 un Ebitda de 18,4 millones de euros, frente a los 4,9 millones de 2008, tiene varios negocios: el suministro de electricidad en alta y baja tensión a empresas; el suministro de gas a cogeneradores y grandes clientes; la representación en el ríégimen especial; actividades de trading y una división de proyectos de ahorro energíético.
En el caso de la comercialización de electricidad y gas, la compañía obtuvo el año pasado unos ingresos de 320 millones y 30 millones, respectivamente. En el resto de las divisiones, los ingresos son poco representativos, pues equivalen al resultado. En cuanto a la representación en el ríégimen especial (con un total de 2.000 MW), se trata de la intermediación en el mercado para vender la producción de pequeñas empresas del ríégimen especial. Un negocio que está vetado por ley a los grandes operadores energíéticos. Se calcula que un 33% de las importaciones desde Francia y un 22% de las exportaciones al país vecino.
Nueva estrategia
El grupo británico decidió hace un año "una reorganización estratíégica", con la puesta en venta de sus filiales europeas, que había creado a principios de la díécada para aprovechar la liberalización energíética. En este sentido, negó hace unos meses que su repliegue de España se debiera a problemas con el Gobierno o a la falta de competencia en el mercado, sino a su nueva estrategia de concentrar sus recursos en el programa nuclear británico, al que se sumó tras aliarse con la francesa EDF para comprar British Energy, propietario del parque atómico de Reino Unido. Fruto de esa alianza fue la cesión de su filial belga a EDF.
Centrica llegó a España en 2002, con el nombre de Luseo Energía, y ha sido muy crítica con el proceso de liberalización español. De hecho, presentó varias denuncias contra algunas normas que discriminaban a las comercializadoras frente las distribuidoras o contra posibles prácticas contra la libre competencia, como el cobro del díéficit de la tarifa elíéctrica.
La CNE, informada
Aunque la compra de Centrica no debe ser autorizada por la CNE, al no tener activos regulados, la consejera y directora general de operaciones de Villar Mir Energía, María Luisa Huidobro, se la comunicó la semana pasada al regulador energíético.
Otras constructoras descartaron la compra
Además de Villar Mir, Centrica fue ofrecida hace varios meses a otras constructoras, como FCC, y fondos de inversión y capital riesgo, como CVC Partners, que descartaron su compra. Uno de los problemas que planteaba la compañía a los posibles compradores era su estructura de plantilla, 150 personas. Respecto a íésta, el nuevo grupo propietario no ha querido hacer ningún comentario.
Otra cuestión disuasoria es que, aunque Centrica tiene una importante cartera de clientes, 12.000, íéstos están en el mercado liberalizado y no regulado.
Para Villar Mir, la operación le permitirá progresar en su estrategia de reforzarse en el sector de la energía, en el que quiere "convertirse en un actor importante", según aseguraba ayer en una nota de prensa. Para ello creó una división para producir y vender energía en 2008.