Fin al culebrón de Abertis. ACS ha conseguido cerrar la venta de entre un 15 y un 20% de este grupo de concesiones a CVC Capital Partners despuíés de que la falta de financiación haya impedido lanzar una Oferta Pública de Adquisición (OPA) por el 100% del capital. De esta forma, La Caixa, que habia sondeado la compraventa con el Banco de España, mantendrá intacta su participación en la empresa catalana.
Por tanto, el importe de la operación, cuyo precio por acción no se ha desvelado, se limita a una cifra que oscila entre los 1.500 y los 2.000 millones de euros, muy lejos de los 12.000 contemplados hace apenas un mes cuando ACS, CVC y La Caixa, invitada por los dos anteriores, negociaban crear un consorcio a travíés del cual la firma de capital riesgo tomaría el control del grupo de infraestructuras.
La estructura de la transacción preveía la venta de las participaciones del 28 y del 25% en manos de la caja presidida por Isidro Faine y del holding liderado por Florentino Píérez, respectivamente, a CVC. Posteriormente, esta sociedad de private equity lanzaría una OPA con el dinero del críédito sindicado de 8.000 millones sobre entre el 80 y el 90% del capital a la que acudirían La Caixa y ACS. Al final, la entidad de ahorros, que siempre ha defendido que solo estudiaba dicha opción para ayudar a ACS, volvería a tener un 28%, pero a travíés de un vehículo de inversión totalmente endeudado.
Pero la situación del mercado y la elevada deuda requerida por los comprobadores ha imposibilitado llevar a cabo la operación como pretendían Fainíé, Píérez y Javier de Jaime, director general de CVC. La gran mayoría de los bancos mostró su oposición a financiar la adquisición con un porcentaje de deuda de casi el 70% sobre el volumen de la compraventa. Por ello, el consorcio bajó sus pretensiones a cerca de 6.000, incluida una línea de críédito. Entidades como Morgan Stanley, BBVA, UBS y Royal Bank of Scotland y BNP Paribas rechazaron suscribir el críédito.
La puntilla llegó la semana pasada cuando Banco Santander mostró sus reticencias y advirtió de que solo aportaría 250 millones, la mitad de lo estimado en un principio. En ese momento, tal y como adelantó El Confidencial el pasado dia 23, se decidió que la operación se reducía a la venta de un parte del 25% en manos de ACS. Es decir, se volvía al diseño inicial de noviembre de 2009, cuando ACS comunicó a La Caixa su pretensión de reducir su presencia en Abertis para ir a por Iberdrola. Ello ha obligado a cambiar los tíérminos de la deuda comprometida, lo cual ha demorado el cierre final del acuerdo.
Lo más probable es que el anuncio de la transacción se haga hoy tras la aprobación por parte del consejo de administración de ACS, que se reúne esta mañana. En la cita, en la que tambiíén se analizarán las cuentas del primer semestre del año, se comunicará que la participación restante se traspasará a una nueva sociedad creada por CVC para tal efecto. En la tarde de ayer, este medio trató sin íéxito contrastar esta información con la holding de la que son accionistas los March y los Alba.
¿Deuda o Iberdrola?
Con los al menos 1.500 millones que va a ingresar ACS por la desinversión de Abertis, la pregunta es si la constructora elevará su participación en Iberdrola, tal y como ha anunciado en numerosas ocasiones, o si destinará dichos fondos a reducir su deuda. Fuentes del mercado apuntan a que lo más probable es que reparta ese dinero en ambos frentes.
Por una parte, esos menos de 2.000 millones no le darán para adquirir otro 8% de la elíéctrica para llegar al 20% -ahora tiene el 12%- con el fin de poder consolidar los resultados por puesta en equivalencia. Pero le ayudarían en el caso de que tambiíén consiguiera vender su división de puertos, una operación que lleva casi dos años en el mercado y que no termina de cerrarse. Por otra, los bancos le están apretando para que haga frente a sus críéditos. Este año le vencen más de 2.000 millones, pero el que viene que pagar o refinanciar algo más de 5.000 millones. Entre otros compromisos, el contrato de derivados por el 5% en manos de Natixis.