El submarino Andalucía
por Cíésar Vidal
En Andalucía la tasa de desempleo alcanza de manera oficial el 30% mientras prosigue el desplome económico. No me creo la cifra. El paro ha aumentado entre los andaluces como entre el resto de los españoles. Pero de ahí a que el dato se corresponda con la realidad media un abismo.
Se vive en Andalucía un proceso con antecedentes conocidos asociado a los excesos fiscales de la casta gobernante y a la mala marcha de la economía cuya consecuencia directa es que la actividad económica se sumerja para poder sobrevivir.
Asfixiados por los impuestos y los gastos sociales, millares de empresarios dejan de existir al mismo tiempo que lo hacen sus asalariados, que engrosan las cifras del desempleo.
Unos y otros continúan viviendo laboralmente, es decir, percibiendo dinero por su trabajo. Para algunos, seguramente no será mala solución. A fin de cuentas, dirán, los obreros siguen llevando un jornal a casa y las empresas sobreviven mientras a las estadísticas les pueden freír un paraguas.
La realidad, sin embargo, no resulta tan halagí¼eña. Un sector de la población deja de cotizar contribuyendo a la carga común, a la vez que se abre el camino para aumentar el PER y asimilados.
En suma, por eníésima vez en una economía dictada por el PSOE, pagan los de siempre y, mientras, infinidad de personas escapa de sus deberes. No sorprende lo más mínimo este panorama cuando se piensa que en Andalucía el Partido Socialista no ha tenido durante tres díécadas un gobierno, sino un ríégimen. No sorprende, pero aterra. Porque dicho estado de cosas, propio del Tercer Mundo, no hay manera de cambiarlo.
Son tantos los andaluces acostumbrados a vivir al margen de la ley, bajo la mirada paternalista del PSOE que da dinero a cambio de votos, que el sistema puede durar mientras haya arcas de las que sacar. ¿O es que Arenas -que perdió unas elecciones prometiendo-amenazando que todos trabajarían- va a terminar con el PER y otras prebendas?
Cíésar Vidal, historiador y director del programa La Noche de Es.Radio.
