Por... AMY TEIBEL
JERUSALEN -- A pesar de que le acompañan los temores persistentes de guerra, Israel se ha convertido en uno de los mercados inmobiliarios más dinámicos del mundo o al menos con ese potencial.
Tras el derrumbe del mercado inmobiliario en el 2008 en el orbe, una revista especializada que da seguimiento al sector puso en su lista al de Israel como el que registra el crecimiento más veloz en el Tierra.
No obstante, las autoridades han intensificado sus acciones para impedir un recalentamiento excesivo del sector, en momentos en que se mantiene fresca en las mentes la recesión económica mundial y la crisis hipotecaria que la precipitó.
Las autoridades israelíes temen que una burbuja inmobiliaria pueda cimbrar la confianza en una economía que resistió lo peor de la crisis financiera internacional.
Durante meses, el banco central ha elevado las tasas de intereses en varias ocasiones y el gobierno se dispone a reanudar la construcción de nuevas viviendas en Israel.
"El mercado inmobiliario ya causó suficiente crisis, no dejaremos que eso ocurra en Israel", dijo a principios de septiembre el gobernador del Banco de Israel, Stanely Fischer, en el mismo día que anunció la sexta alza a las tasas en poco más de un año.
Según la revista especializada Global Property Guide, los precios de las viviendas en Israel registraron en el segundo trimestre del 2010 el sexto mayor incremento entre 36 países.
Los precios repuntaron tras agudas caídas en cuatro de los primeros cinco países, entre ellos Singapur y Letonia. Entonces, el mercado inmobiliario de Israel pasa al primer lugar conforme a un vistazo a las estadísticas de los últimos dos años hasta junio, el periodo disponible más reciente.
Para Israel, donde los sectores en auge son los de alta tecnología y el científico, el alza de precios en los bienes raíces dista de ser una situación positiva y las autoridades mantienen cierto mutismo ante la evidencia de que un implosión de la burbuja haría añicos díécadas de crecimiento económico.
Hay en todo el planeta ejemplos de los peligros de mercados inmobiliarios que registraron un recalentamiento excesivo. Desde Dubai a Detroit, los precios de las viviendas se desplomaron en medio de la recesión mundial que dio inicio en el 2008.
Los casos de insolvencias por hipotecas aumentaron en Estados Unidos mientras que en la pujante Dubai los precios inmobiliarios se precipitaron casi 50% en el 2009.
En medio de toda esa desaceleración, la economía de Israel se mantuvo firme, debido en parte a que el alza inmobiliaria fue posterior y eso le sirvió de protección.
Mientras que muchos países tenían precios inmobiliarios altos a mediados de la díécada anterior, en Israel el mercado permanecía estancado.
Los bancos israelíes no ofrecían tasas hipotecarias relativamente altas como las de Estados Unidos y el mercado financiero de Israel no estaba vinculado al mercado hipotecario.
En Israel, la exigencia de un enganche es muy severa, casi equivalente al 40% o más del valor de la vivienda.
Otro factor que contribuyó a la protección de Israel del trance más difícil de la recesión mundial fue la gran dislocación del sector bancario interno y conservador del mercado mundial.
Sin embargo, los aspectos que propiciaron el auge en el mercado inmobiliario israelí fueron tasas de interíés bajísimas y una oferta de viviendas relativamente baja, con un consecuente aumento de precios de casi 30% desde septiembre del 2008.
Para los israelíes, estas alzas redujeron sus posibilidades de adquirir una casa.
Tras una búsqueda exhaustiva de vivienda, Amid Kaufman y su esposa desistieron de comprarse una en los sectores "bien" de Tel Aviv: una casa sin restauraciones de tres recámaras y unos 90 metros cuadrados (1000 pies cuadrados) cuesta 600.000 dólares.
La pareja ha optado por una vivienda en una zona de clase media con la esperanza de que íésta mejore su nivel socioeconómico, como sucedió en otros barrios pobres de Tel Aviv. Ambos esposos confían en encontrar algo este año, antes de que los afecte un aumento de las hipotecas a la par de un encarecimiento de las viviendas.
"El problema... es la ley de la oferta y la demanda", dijo Kaufman. "Muchas personas quieren apartamentos. Nada parará las alzas".
La oferta de viviendas se "desequilibró" a raíz de la llegada masiva de millones de inmigrantes de la Unión Soviíética hace 20 años, dijo Vered Dar, de la firma de inversiones inmobiliarias Psagot-Ofek en Tel Aviv.
El excesivo aumento en la construcción de viviendas en los años subsiguientes hizo que los contratistas y el gobierno tuvieran problemas para lograr un equilibrio.
En los últimos cinco o seis años, "no se construyeron suficientes viviendas", dijo la experta.
Un apartamento de tres recámaras en Tel Aviv, con acceso a las playas, un clima suave y ambiente libre, costaba en junio 2,15 millones de shekels, o 560.000 dólares, que excede los 1,73 millones de shekels de un año antes, según estadísticas gubernamentales.
El precio de un apartamento promedio en Jerusalíén, con sus sitios sagrados y una combinación de lo antiguo con lo moderno, aumentó al tíérmino de junio 19% a 1,55 millones de shekels, o 403.000 dólares, en comparación con el precio de 1,31 millones de shekels de un año antes.
Los precios parecen incongruentes respecto del ingreso promedio en un país donde el PIB per cápita anual alcanza 30.000 dólares y se pagan impuestos muy altos