Iberdrola reúne a la cúpula y se prepara para un año de alta tensión con ACS
por Miguel íngel Patiño en Expansión
Iberdrola, con sede en Bilbao, ha convocado a su cúpula directiva en esa ciudad entre hoy y mañana. Fuentes cercanas a la elíéctrica indican que es una reunión ordinaria tras el periodo estival. Pero a nadie se le escapa que, tras los acontecimientos del verano, el contexto viene cargado.
Será la primera reunión en la que se podrán evaluar unos acontecimientos que van a marcar los próximos meses, posiblemente hasta la junta ordinaria, habitualmente en marzo de cada año.
Las espadas entre la cúpula de Iberdrola y ACS están más altas que antes del verano. ACS, primer accionista de la elíéctrica, con cerca del 12% entre participación directa y derivados financieros, sigue aspirando a entrar en el consejo de Iberdrola, mientras la cúpula de la elíéctrica sigue bloqueándole el paso. Así las cosas, ACS se propone alcanzar un 20% de Iberdrola para poder consolidarse las cuentas.
Lo que parecía muy difícil antes de agosto, ahora ya nadie se atreve a descartarlo rotundamente al cien por cien. En agosto, ACS ha materializado dos operaciones corporativas que le proporcionan músculo financiero.
El 11 de agosto, el grupo de servicios confirmaba un acuerdo con CVC en relación al traspaso de su participación en Abertis, en una operación de 3.000 millones de euros. Ocurría a los pocos días de que ACS anunciara la venta de su filial de logística portuaria Dragados SPL a un fondo gestionado por JPMorgan en una operación de 720 millones de euros.
Haciendo caja
Con las dos transacciones, ACS tendrá una entrada de caja de en torno a 2.500 millones, independientemente mente de que sólo por puro efecto contable pueda reducir otros 600 millones de deuda por la desconsolidación en sus cuentas de la filial SPL.
ACS ha logrado cerrar operaciones que muchos consideraban difíciles de conseguir, por la coyuntura del mercado. Al margen de lo que ACS haga a corto plazo, esos movimientos meten presión a la cúpula de Iberdrola, que precisamente había hecho de la supuesta debilidad financiera de ACS uno de sus argumentos favoritos en la pugna contra el grupo de construcción y servicios.
Algunos analistas, como los de Nomura y UBS, cuestionan que ACS pise el acelerador para comprar nuevas acciones de Iberdrola.
Apuestan por que el grupo de construcción y servicios use los ingresos extraordinarios de las ventas de activos para reducir deuda. Con todo, los comentarios se hacen con cautela. Descartan que ACS se lance a comprar iberdrolas de forma inminente, en el corto plazo, pero dejan en el aire la incertidumbre de que ocurrirá tal cual van pasando los meses.
Pendientes de la bolsa
Uno de los argumentos es que ACS podría haber adquirido ya acciones de Iberdrola, que están de rebaja. O bien podría no haber diluido su participación si en lugar de cobrar en dinero el último dividendo, lo hubiera hecho en acciones. Esos argumentos tienen su otra cara. Efectivamente, ACS podría haber comprado ya más títulos de la elíéctrica, pero tambiíén podría esperar, o hacerlo a futuro usando otros mecanismos. De hecho, el tiempo puede convertirse en un aliado de ACS.
Sólo con sentarse a esperar, ACS conseguirá , por ejemplo, que por ley Iberdrola tenga que eliminar antes de mediados de 2011 sus blindajes estatutarios, pudiendo así votar en las juntas con más del 10%. Que los títulos de la elíéctrica suban o que bajen, no es un algo decisorio en la batalla.
Tanto para ACS como para Iberdrola, tiene ventajas e inconvenientes. Si suben, para ACS será más caro llegar al 20%, y los directivos de Iberdrola se sentirán más blindados. Pero ACS tambiíén puede recuperar el valor de su inversión inicial del 12% en la elíéctrica. Si las acciones bajan, para ACS será más fácil comprar nuevos títulos, pero su inversión inicial acumularía más minusvalías.
Por su parte, la dirección de Iberdrola sentiría más presión del mercado financiero por el pobre resultado de la evolución en bolsa, algo que ya se mira con lupa. Los títulos de la elíéctrica han caído un 19% en lo que va de año, más que el Ibex 35 (-15%), y mucho más que el 4% que han caído los títulos de Repsol, el otro gran grupo energíético español en bolsa, sin contar Endesa, con escaso free float.
En lo judicial, el nuevo curso se iniciará con la partida en tablas. Las demandas mutuas que se interpusieron Iberdrola y ACS, en los juzgados de Madrid y Bilbao, respectivamente, saldaron el mes de julio con el rechazo de las medidas cautelares que se pedían en cada caso.
La filial de ingeniería suma otro contrato millonario en Míéxico
Iberdrola Ingeniería, filial de Iberdrola con sede en la localidad vizcaína de Erandio, se ha adjudicado un nuevo contrato de redes elíéctricas en Míéxico por un importe de 70,1 millones de dólares (más de 55 millones de euros) para la construcción de dos líneas de más de 220 kilómetros de longitud y dos subestaciones en el Estado de Jalisco.
Este contrato ha sido adjudicado por la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) de Míéxico, siendo Iberdrola Ingeniería la compañía que lidera un consorcio en el que tambiíén participan Siemens Innovaciones y Elíéctricas de Medellín. Los trabajos de este proyecto están asociados a la construcción de la nueva central hidroelíéctrica de La Yesca y está previsto que culminen a finales de noviembre del próximo año.
La ejecución de una de las líneas, que unirá La Yesca con Ixtlahuacán, presenta un alto grado de dificultad, dado lo complicado de la orografía por la que discurrirá. La presa hidroelíéctrica La Yesca, de 750 megavatios (MW) de potencia, se ubica a 105 kilómetros al noroeste de Guadalajara, entre los Estados de Jalisco y Nayarit. Su puesta en marcha requerirá una inversión de casi 770 millones de dólares (600 millones de euros) y la contratación de alrededor de 10.000 trabajadores.
Con esta nueva adjudicación, Iberdrola Ingeniería afianza su posición como adjudicataria de proyectos de redes elíéctricas en Míéxico, donde ya tiene una posición destacada en la construcción de parques eólicos. Hace un año, la filial de ingeniería de Iberdrola se adjudicó su mayor contrato en Míéxico, por un importe de 160 millones de dólares, para ampliar y modernizar las infraestructuras elíéctricas de los Estados de Veracruz y Chiapas.