3. CREENCIAS ACERCA DE LAS ALMAS: ALMAS QUE PERMANECEN EN EL CUERPO Y ALMAS QUE TIENDEN A ABANDONARLO
3.1. í‰poca Prehispánica
Apoyándonos en los estudios de López Austin ("Cuerpo Humano e Ideología"), encontramos expuestas las ideas de las tres entidades anímicas de la cultura náhuatl.
La que aquí no interesa es el tonalli que es luminosas y generalmente tiene su asiento en la cabeza del individuo y puede moverse hacia sus coyunturas. Esta alma tiene la cualidad de desprenderse del cuerpo ante un incidente que puede ser desde sorpresivo hasta terrorífico, es decir, a causa del espanto; o puede ser apresada por algún brujo. Esta alma, generalmente se cree que es retenida por seres que viven en el inframundo, ya que como el mundo subterráneo es frío, sus moradores buscan apresar el tonalli humano seguramente por sus propiedades de calor y luminosidad. Esta alma tiene que ver directamente con la enfermedad o debilidad por su carencia.
Las otras dos almas que no se separan del cuerpo vivo son el teyolia con asiento en el corazón y de naturaleza caliente, que se enfría cuando la persona muere; y el ihiyotl con asiento en el hígado y de naturaleza fría que se desprende en forma de gas denso cuando muere el individuo.
3.2. í‰poca Contemporánea
Actualmente encontramos claros vestigios de esas tres almas en una comunidad nahua. En Tecospa, D.F., de un relato a cerca de las almas se desprende la información:
a) Alma Sombra: gobierna el destino y despuíés de la muerte reside en el alma aire de noche.
b) Alma Espiritual: da vida al individuo y va al cielo o al infierno despuíés de la muerte.
c) Alma Aire de Noche (que no está descrita en el texto: Madsen, "The Virgin's..., 78-9).
Considero que el alma sombra corresponde al tonalli, pues en numerosas investigaciones se menciona a esta como capaz de separarse del cuerpo vivo. El alma espiritual debe corresponder al teyolia, y el alma aire de noche al ihiyotl.
En general, el material etnográfico tiene más referencia al alma sombra que a las otras dos almas (aun cuando esta es la que más nos interesa para el presente trabajo). Concretamente dos autores hablan de esta como única en sus etnografías. Se trata de Williams y Montoya, ambos estudiosos de grupos nahuas actuales. Pueden hacerse dos suposiciones; o tal vez las dos sean válidas:
1) La desaparición de la ideología prehispánica de estas dos almas ante el impacto de la Colonia y la imposición de la creencia católica de una sola alma, o el proceso mismo de mestizaje, y
2) La visión etnocentrista del investigador que no profundizó en su diálogo con los informantes y quedó así omitida la información de las otras dos almas.
Respecto al alma sombra, Williams nos dice textualmente lo siguiente entre los tehuas de Veracruz:
Cuando se muere uno, se entierra la carne, pero la sombra ya anda en el monte, en el camino la liberación indicada permite saber que son sinónimos alma, espíritu y sombra. El pensamiento difiere respecto al pensamiento occidental, que concibe el espíritu asociado íntimamente con el cuerpo vivo. En el pensamiento tepehua la sombra puede abandonar al individuo viviente en un corto período. Ese abandono es el aviso de la muerte si no se reintegra la sombra a su forma. De ahí el cuidado, la preocupación por levantarla cuando el individuo se ha espantado, o recuperarla cuando se encuentra grave por intervención de los difuntos". (Williams, "Los Tepehuas", 5).
Tambiíén entre los nahuas de Atla, Puebla, se cuenta con una descripción del alma o tonalli:
El hombre tiene una constitución doble, materia y espíritu, alma y cuerpo. El alma o espíritu se identifica con el itonal de tona, sol día y está hecho de una materia invisible e infinita. El itonal es el elemento primario y fundamental de la existencia, sin íél no es posible la vida, y aunque se puede vivir un estado de itonalcholo (píérdida del alma) si tal estado se prolonga demasiado, sobrevendrá la muerte invariablemente.
En variadas ocasiones esta sustancia invisible e infinita se desprende del cuerpo. Durante el sueño vaga por el espacio: cuando a un sujeto se le priva del conocimiento, su alma se dirige a otro mundo, pero no es bien recibida porque 'todavía no es tiempo', regresa nuevamente al cuerpo de aquel y así recobra el conocimiento; se cree que las almas de los suicidas 'no son bien recibidas en el otro mundo y por eso sufren mucho' (Montoya, Atla, 1965)
El alma suele huir algunas veces a sitios desconocidos y entonces el curandero está evocado a mandar a su propia alma a buscar a la del enfermo. Esta situación suele presentarse entre los tzotziles de Chiapas.