Las esperanzas que surgieron al final de la semana pasada, cuando los alcistas fueron capaces de evitar la confirmación de la píérdida de soportes e incluso hicieron un conato de rebote, se desvanecieron en buena medida ayer. El movimiento no tuvo continuidad y los índices de Wall Street se vinieron abajo. Es más, la tecnología, que había escapado de las caídas la semana pasada, fue ayer la peor parada.
No obstante, los descensos fueron bastante moderados: el Dow Jones sólo bajó el 0,38% y el S&P 500 el 0,4%. El Nasdaq sí sufrió un castigo más duro, como decíamos, del 0,92%.
Así pues, parece que la situación se reconduce hacia el escenario más probable, que es la continuidad del movimiento lateral-bajista. Ahora bien, mientras no se pierdan definitivamente los soportes, habrá esperanza para los alcistas. Y no sería la primera vez que vemos un fallo de este tipo y una violenta subida posterior. Habrá que esperar, por tanto.
En buena medida, dependerá de los datos económicos que conozcamos en los próximos días, puesto que ayer no hubo ninguno de relevancia. Hoy martes tendremos las ventas de viviendas de segunda mano, para las que hay temores de un importante recorte respecto al mes anterior. Pero los platos fuertes de la semana no llegarán hasta el viernes: la revisión del PIB y el discurso de Bernanke.
Lo que sí estuvo movido ayer fue la actualidad empresarial, ya que HP mejoró la oferta lanzada la semana pasada por Dell por la empresa de almacenamiento de datos 3PAR, hasta 1.600 millones de dólares. Asimismo, Potash recomendó a sus accionistas rechazar la oferta de BHP Billiton por 38.000 millones, pero todo apunta a que será aceptada.
El euro siguió bajando frente al dólar, el petróleo recortó hasta 72,91 dólares y el oro cedió hasta 1.228,6. Los bonos volvieron a subir en precio, con lo que su rentabilidad volvió a acercarse a los mínimos históricos, ya que cerró en 2,61%.