Los actuales accionistas de Colonial no van a pasar ni una a los antiguos gestores de la inmobiliaria. Bajo ese lema, la inmobiliaria ha vuelto a la carga judicial contra Luis Portillo, ex propietario de la compañía, pero esta vez por otros asuntos. Los gestores de Colonial han puesto una demanda contra el promotor andaluz por una operación de compra de un terreno en Roquetas de Mar (Almería).
¿El motivo? La inmobiliaria alega en un informe enviado a la CNMV que el suelo no cumple las condiciones pactadas en el contrato, por lo que se niega a pagar el importe pendiente y le exige que le devuelva 74 millones de euros.
No es la primera vez que Colonial lleva a los tribunales a su ex presidente y tambiíén a su anterior consejero delegado, Mariano de Miguel. Hace dos meses, la inmobiliaria demandó a los dos ejecutivos en ejercicio de la acción social de responsabilidad bajo el argumento de daños por la compra de Riofisa, operaciones de capital y manejo de la autocartera.
Esta nueva demanda es por otro asunto distinto, pero está relacionado con el mandato aprobado por la junta de accionistas de la inmobiliaria del ejercicio de acción de Responsabilidad Social.
La herencia del ex presidente
Para entender la última acción judicial es necesario remontarse a 2006. Ese año fue cuando Luis Portillo empezó a levantar su imperio inmobiliario. Efectuó una ampliación de capital dineraria y tambiíén aportó varias propiedades a cambio de títulos de Inmocaral. En esta última operación inyectó, entre otros activos, terrenos situados en Roquetas de Mar (Almería).
Esos solares pasaron a Colonial cuando el empresario andaluz, a travíés de Inmocaral, compró la inmobiliaria de La Caixa. Así es como llegaron a la cartera de Colonial unos terrenos cuyo desarrollo estaba paralizado a la espera de un nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la ciudad almeriense.
En este sentido, la herencia que dejó Portillo en Colonial (CAR.MCINMOBILIARIA COLONIAL
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Colonial demanda a Portillo y le exige un importe de 74 millones de euros
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resumen noticias perfil recomendaciones / consenso gráficos carteras histórico ) era una opción de compra por un terreno de 351.351 metros cuadrados ubicado en la zona de Las Salinas. No obstante, hay que matizar que la empresa Las Salinas de Roquetas era la que tenía esa opción de adquisición.
Los dueños de esa sociedad eran Grupo Portival de Luis Portillo, Caniraga y Predios del Sureste, tal y como aparece en la auditoría de Inmocaral de las cuentas anuales correspondientes al año 2006.
Grupo Portival era el accionista mayoritario de Las Salinas de Roquetas, y, por lo tanto, el que tenía las riendas sobre esa opción de compra. Por eso, la demanda presentada por Colonial va contra Portillo, pero tambiíén con los otros propietarios y dueños de las sociedades Caniraga y Predios del Sureste.
El precio de la compraventa neta de esta opción se sitúo en 11,2 millones de euros, pero a esta cantidad hay que añadir la deuda que soportaba el terreno, que ascendía a 119 millones de euros.
El problema de este terreno es que su clasificación urbanística estaba suspendida cuando el empresario andaluz lo aportó al capital de Colonial, de manera que el contrato de compraventa recogía unas determinadas cláusulas suspensivas y de ajuste de precio.
Al final, las perspectivas de construcción de viviendas libres de ese terreno han menguado, tras la aprobación definitiva del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).
Por eso, la inmobiliaria reclama a Portillo y sus socios el exceso del precio satisfecho y que asciende a 74,1 millones de euros, más los intereses legales de dicho importe, dado que "el aprovechamiento final con uso de vivienda residencial libre fijado en el PGOU aprobado ha resultado sustancialmente inferior al previsto y estipulado".
Pero aquí no acaban las reclamaciones al empresario andaluz, ya que la inmobiliaria se niega a pagar a los dueños del suelo los 41 millones de euros pendientes que quedaban de ese contrato y que ya tenía provisionados.
En conclusión, Colonial, por un lado, pide a Luis Portillo la mayoría de esos 74 millones de euros y, por otro lado, se niega a desembolsarle los 41 millones de euros.
Una situación que podría poner más entre las cuerdas la delicada salud financiera del empresario andaluz, que hace dos años perdió todo su imperio cuando estalló la burbuja inmobiliaria en la bolsa.