El contraataque bajista del lunes tuvo continuidad ayer con unas caídas mucho más contundentes que las de la víspera que dejaron el mercado muy tocado y a los alcistas contra las cuerdas. Ahora bien, no se perdieron algunos niveles de soporte importantes, como los 10.000 puntos del Dow Jones, y los índices lograron rebotar desde los mínimos del día, lo cual son razones a las que agarrarse para la esperanza.
Finalmente, la caída del Dow Jones se redujo al 1,34%, con lo que cerró en 10.038 puntos. El S&P 500 se dejó el 1,46% y el Nasdaq fue el peor de nuevo con un castigo del 1,65%.
Una perforación definitiva de estos niveles daría paso a un movimiento bajista como el de mayo-julio que llevaría a los índices hacia los mínimos del año. Si estos soportes resisten, continuará el lateral, pero las esperanzas de una reacción alcista a corto plazo son bastante limitadas.
Estas fuertes caídas tuvieron detrás unas malas noticias económicas que, una vez más, se impusieron a las buenas noticias que llegaron desde el mundo empresarial. Ayer se confirmaron los malos presagios sobre las ventas de viviendas de segunda mano, que se desplomaron el 27% el mes pasado hasta su nivel más bajo desde 1999 y muy por debajo de las expectativas del consenso.
Además, el Wall Street Journal publicó que en la última reunión de la Fed se produjo un fuerte desacuerdo sobre cómo debe manejarse las crisis, lo cual agrava la sensación de pánico sobre la economía entre los inversores.
El euro remontó frente al dólar, lo que permitió que el petróleo cayera hasta 71,63 dólares. El oro, en cambio, volvió a las alzas hasta 1.233,4. Los bonos se beneficiaron de este temor económico y volvieron a subir en precio, con lo que su rentabilidad bajó hasta el 2,5% desde el 2,6% de la víspera, cada vez más cerca de mínimos históricos.
Hoy miíércoles tendremos las ventas de viviendas nuevas -en este caso las expectativas son de una ligera mejoría, frente a las de la vivienda usada de ayer-, y los pedidos duraderos, tambiíén con previsiones positivas.