La banca espera otra oleada de fusiones en las cajas para comprar
por F. Tadeo en El Economista
Los bancos y varias cajas se preparan ya para extender su red comercial y aumentar su presencia en España. ¿La razón? Si no antes, en un año y medio como máximo podría producirse una segunda oleada de fusiones en el sector de las cajas de ahorros como consecuencia de las nuevas exigencias de capital que se avecinan en el marco de Basilea III.
Las grandes entidades, principalmente el Santander, el BBVA y La Caixa, y alguna de mediano tamaño quieren aumentar su cuota de mercado a travíés de adquisiciones, pero están a la espera de que surja la oportunidad, según explicaron fuentes de distintos grupos financieros.
Pero todavía concurren algunas circunstancias: los precios que se manejan son excesivamente altos; la incertidumbre sobre la economía española persiste y una mayor exposición a nuestro país sería penalizada por los inversores. Además, lo que más interesa no son las sucursales, sino la cartera de negocio y clientes; y aún están muy recientes los cierres de oficinas derivados de la crisis.
El proceso de reestructuración actual reducirá el número de cajas de 45 a 18, pero el objetivo inicial del Banco de España era situar la cifra por debajo de diez. El sobredimensionamiento del sector continuará tras los ajustes que lleven a cabo en los próximos meses.
Sobran 5.000 oficinas
Los expertos consideran que el volumen de sucursales tendría que recortarse entre un 25 y 30 por ciento. Algunas cajas, como La Caixa y Caja Madrid, comparten estos cálculos y así lo han afirmado públicamente. De media, las fusiones que están llevando a cabo en estos momentos disminuirán la capacidad instalada de las cajas en torno a un 15 por ciento, por lo que es previsible que haya otra oleada de ajustes, ya sea con o sin fusiones. Analistas Financieros Internacionales (Afi) calcula que en nuestro país sobran 5.000 oficinas.
La reordenación actual supondrá el cierre de entre 3.000 y 3.600 sucursales, pero muy pocos grupos sacarán al mercado lotes de activos. Uno de ellos ha sido el resultante de las gallegas Caixa Galicia y Caixanova. Ambas llevan varios meses intentando vender un pack de 300 oficinas. Por el momento no ha encontrado comprador, debido principalmente al coste.
El Santander, el Sabadell y BBK, entre otros, estuvieron analizando su adquisición, pero finalmente declinaron llevarla a la práctica. "Pedían un precio astronómico, ya bajarán los precios", explican fuentes de uno de los grupos que estaba tambiíén interesado.
Los bancos sostienen de manera oficial que están dispuestos a crecer a travíés de compras de activos de las cajas y que quieren aprovechar la ocasión para expandirse y arañar mercado a sus rivales. A priori analizan todas las oportunidades, pero aún no han sellado ningún acuerdo.
El Sabadell ha sido el que más cerca ha estado de culminar con íéxito un salto en el mercado español. La entidad catalana participó hasta el final en la puja por la intervenida CajaSur, que fue adjudicada a BBK.
Limitaciones del FROB
La vasca, al igual que buena parte de las cajas, tendrá a partir de ahora vetada la adquisición de activos. Las ayudas públicas del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) impiden a sus receptores crecer de esta manera hasta su devolución completa con el objetivo de preservar al máximo las reglas de la competencia.
Así, las únicas entidades de ahorros que podrían adquirir sucursales y negocio de sus colegas son La Caixa, Ibercaja, Unicaja, Cajasol, Banca Cívica (Sip formado por las cajas de Navarra, Burgos y Canarias) y Kutxa.
La gran prueba de la resistencia del sector será Basilea III, cuya normativa se decidirá en otoño y no se aplicará hasta 2012. No obstante, el sector ya hace algunos cálculos en función de las previsiones sobre la nueva regulación. Algunos indican una necesidad de capital de 48.000 millones extra para adaptarse a Basilea III.
í‰sta es una de las razones que llevan al Banco Central Europeo (BCE) a sostener que el sistema español necesita un mayor ajuste del planteado hasta el momento. Su consejero español, Josíé Manuel González-Páramo, ha asegurado en alguna ocasión que las fusiones "no han terminado". Además insta a una recapitalización urgente para que las entidades concedan críéditos.
