Las cuentas de Caja Madrid del segundo semestre del año volverán a verse castigadas por las provisiones. Si entre enero y junio tuvo que dotar 850 millones por sus críéditos fallidos, la entidad presidida por Rodrigo Rato tendrá que destinar otros 283 millones para cubrir las píérdidas por el deterioro de activos al entrar en vigor la nueva normativa del Banco de España sobre requisitos de capital.
Se trata de un 37% de las provisiones geníéricas que la caja tenía a 30 de junio, cifra que ascendía a 765,2 millones de euros, por lo que el bocado que sufrirá esta partida será relevante. La entidad de ahorro disponía al cierre del primer semestre del año de 3.527 millones de euros –geníéricas más específica- como fondos para insolvencias tras aumentarlos en 164,4 millones en el primer semestre del año.
Caja Madrid matiza que estos 283 millones adicionales que tiene que dotar no tendrán “impacto alguno en la cuenta de resultados†y que se cubrirán con la provisión geníérica, un colchón que Rato quiere preservar a toda costa, tal y como explica en un documento remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Esta dotación, llamada tambiíén anticíclica, es de obligado cumplimiento por parte del Banco de España, que la constituyó en 1999 para hacer frente a los ciclos bajos de la economía.
En noviembre de 2008, el organismo que preside Miguel íngel Fernández Ordóñez flexibilizó la normativa sobre esta provisión que impedía su uso para cubrir píérdidas hasta ciertos niveles en función de la cartera crediticia de cada institución. Lo hizo para que los bancos y cajas pudieran tirar de ella y convertirlas en específicas ante el fuerte incremento de la morosidad, que en muchos casos se ha situado por encima del 5%.
Un menor plazo para provisionar
Ahora, el BdE ha adoptado una posición más dura en relación a las píérdidas provocadas por los activos inmobiliarios en cartera. El gobernador va a exigir a partir del 30 de septiembre que se reconozcan mucho más rápido el deterioro del valor de los activos, lo que supondrá un sacrificio extra a la cuenta de resultados del sistema. En concreto, el organismo supervisor obligará a provisionar las partidas impagadas en un máximo de un año frente a los hasta seis que permitía la vieja circular de 2004.
Según la nueva normativa 3/2010, se establece un nuevo calendario de dotaciones para los morosos. Bancos y cajas tendrán que provisionar el 25% de lo que le adeuden cuando el pago se retrase seis meses; el 50% cuando supere el medio año; el 75%, cuando llegue a los nueve meses, y el 100% cuando sea mayor de un año.
En Caja Madrid mantiene que estos 283 millones, comunicados específicamente a la CNMV, es una cifra aproximada y no definitiva, ya que todavía se está evaluando todo el impacto de la nueva circular. La mayoría de las entidades financieras no han concretado cuánto van a tener que provisionar más por las exigencias del BdE en relación a la cobertura de riesgo. Se presume que puede ser cifras mayores a la de Caja Madrid, puesto que esta entidad no fue de las que más dinero destinó a comprar activos inmobiliarios. El Banco de España ya ha advertido que la cuantía total supondrá un 10% de los beneficios del sector, es decir, unos 1.800 millones de euros.
A Caja Madrid, los fondos para insolvencias lastraron de forma brusca sus resultados entre enero y junio de este año. En concretó, el grupo financiero vio como sus ganancias cayeron un 66%, hasta los 195 millones de euros, debido a que sacrificó 845 millones para cubrir sus críéditos dudosos. Unos números que, según la que será la primera caja española tras su integración con Bancaja, son “prudentes y solidos†para constrarrestar el impacto del ciclo económico.