Los bajistas demostraron ayer, con la vuelta a la actividad de Wall Street tras el festivo, que no están muertos y que piensan vender cara su derrota. Lanzaron un fuerte contraataque que logró duras caídas a ambos lados del Atlántico y que, además, estuvo acompañado por una sensible recuperación de los bonos.
Así, el Dow Jones se dejó el 1,03% (y además cerró en los mínimos del día), el S&P 500 perdió el 1,15% y el Nasdaq, el 1,11%.
Si no va mucho más allá, esta caída se justifica por la sobreventa y por la necesidad de corregir despuíés de las fortísimas subidas de la semana pasada. Es decir, será una pausa antes de retomar la escalada, y de hecho íése es el escenario más probable.
Ahora bien, como hemos dicho en muchas ocasiones, en este mercado no se puede fiar uno de ningún movimiento y hemos visto demasiadas falsas rupturas para confirmarlo. Así que en los próximos días sabremos si la de la semana pasada tambiíén es falsa o si es la definitiva.
La explicación que daban ayer los medios norteamericanos para esta recaída, en un día sin referencias económicas, fue la vuelta a los temores sobre la banca europea despuíés de que se confirmara que los test de estríés no contabilizaron todas las posiciones de deuda (algo que suena a excusa pues era bien sabido).
El plan de estímulo anunciado por Obama el fin de semana no sirvió para impulsar al mercado y fue criticado unánimemente por los medios especializados, que lo consideran escaso y tardío.
Oracle anunció el fichaje como presidente del anterior CEO de HP, y el valor se disparó el 6%.
El euro interrumpió su racha alcista y perdió los 1,27 dólares. El petróleo cayó hasta 74,09 y el oro subió con fuerza con el dinero que buscaba activos seguros, hasta 1.259,3. Los bonos se beneficiaron tambiíén de ese vuelo a la seguridad con notables alzas en precio que llevaron su rentabilidad al 2,61% desde el 2,71% del viernes.