Vampiro Conflictivo: Para íél el mundo es un campo de batalla en donde las cosas solo pueden ser resueltas en base al golpe seco. Polemiza sobre cualquier cosa, pero no quiere, contrario a lo que pueda parecer, minar las defensas de la víctima con la rabia, la ira y la agresividad. Provoca para obtener una reacción para que la víctima compre la pelea. Con eso la desestabiliza y puede chupar a voluntad.
Defensa: Este vampiro tiene, sobretodo, una personalidad infantil. Ofríézcale una tetera o cuíéntele un chiste de papagayo. Si aún así insiste en polemizar, ofríézcale un cafíé endulzado con antidepresivo.
Sobretodo, no juegue con los vampiros. Ellos son sagaces y hambrientos. Mejor estar lejos de ellos. Y no olvide, para descargo de la conciencia, hacerse una autocrítica honesta para saber de quíé lado se está. Porque, en materia de vampiros, toda víctima tiene, de vez en cuando, su día de verdugo
Fuente: Revista Criativa, No. 99 Ano IX, Editora Globo. pp. 38-42. Traducido del portuguíés por Tamara Ledesma. Exclusivamente para uso interno.