Por... Fortunato Esquivel
Parece cosa de cuento, pero en los círculos financieros más selectos del mundo, corre el rumor cada día más fuerte sobre la pronta llegada de un Nuevo Orden Mundial, que de paso aprovechará para implantar una nueva moneda mundial cuyo prototipo fue presentado a los periodistas por el presidente de Rusia Medvedev durante la Cumbre del G-8 en Italia el año 2009.
La crisis financiera y monetaria mundial ya inocultable y el desplome del dólar parece estar calculado para reemplazarlo por otra moneda llamada “amero†o “dólar norteamericano†involucrando las monedas de Canadá y Míéxico. En Europa ocurre lo mismo. Allí el Euro sería reemplazado por una unidad que puede llamarse “euras†o “Eurasiaâ€.
La crisis global del capitalismo (política, financiera, monetaria y geopolítica), se encuentra en proceso, calculándose teóricamente que para el 2015, el mundo estará preparado para la instauración de un Nuevo Orden Mundial, deseado por los amos oligárquicos del sistema.
Entre el 8-10 de julio de 2009, se realizó la Cumbre de jefes de gobierno europeos en Aquila (Italia). Los presidentes hablaron allí de temas como la crisis económica, el clima y otros, pero la prensa silenció los resultados de este encuentro.
El único hecho trascendental que repercutió muy poco fue la actitud del presidente ruso quien al entrevistarse con los periodistas les presentó de manera inesperada el prototipo de la moneda mundial en la que aparecía grabada la frase: “Unidad en la Diversidadâ€.
La actitud de Medvedev, es una de las pocas pruebas del cambio mayor en gestación en los círculos secretos del poder mundial. Otro indicio fue ofrecido por Herman van Rompuy, nuevo Presidente del Consejo de la Unión Europea, quien durante su posesión insinuó: “2009 es tambiíén el primer año de una gobernación mundial con la instauración del G-20 en plena crisis financieraâ€.
Perdidos en el Tercer Mundo, vivimos alejados de los largos y planificados trabajos de las oligarquías financieras y grupos políticos elitistas que pretenden imponer su Nuevo Orden Mundial. Entretanto las actividades financieras se desarrollan con aparente normalidad. Las ganancias y el enriquecimiento corresponden a los poderosos, las crisis y los derrumbes, son sociales y las tienen que pagar los pobres del mundo.