La situación de Irlanda, al borde de la quiebra, demuestra que las naciones occidentales no han terminado de arreglar la crisis financiera ni de pagar por sus excesos del pasado, estimó hoy el periódico Le Monde.
En su editorial “Los problemas de Irlanda hacen temer a Europaâ€, el diario comentó la crisis que ha llevado a Irlanda a dejar de ser el país más rico de Europa en tíérminos de nivel de vida per cápita, y verse obligado, en las próximas semanas, a solicitar ayuda.
Tras el rescate “in extremis†de Grecia, despuíés de la turbulencia alrededor de las deudas griega y española, ahora es Irlanda la que está casi en quiebra con finanzas públicas en desorden, un sistema bancario al borde del abismo y una profunda recesión, refirió.
De finales de 1990 a principios de 2000, Dublín experimentó las delicias del crecimiento, se convirtió en un paraíso donde el desempleo había desaparecido y en un atractivo mercado laboral que atrajo a miles de trabajadores de Europa, recordó.
Sin embargo, continuó, ahora ve a su propio pueblo salir del país para buscar empleo y en las próximas semanas podría verse obligado a buscar ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI) y sus socios europeos, pese a su inmediata y notable respuesta a la crisis financiera global.
Rápidamente, adoptó severos recortes en el gasto público y en el sueldo de los funcionarios, aplazó la edad de jubilación, y así sucesivamente. Pero más excepcional, aplicó medidas fiscales que no causaron ninguna rebelión entre los irlandeses.
“Por desgracia -dijo- esta solidaridad nacional en los esfuerzos de recuperación no ha impedido que el país se hundaâ€, con la disminución de la actividad, la caída en los ingresos fiscales y el aumento de las tasas de interíés.
Para Le Monde, “lo que está ocurriendo en Irlanda demuestra que los países occidentales, hagan lo que hagan, no han terminado de arreglar la crisis financiera y de pagar por sus excesos del pasadoâ€.