Abengoa introduce dentro de su recuento de emisiones de CO2 y de su política de sostenibilidad la contaminación provocada por "las adquisiciones de bienes y servicios" que requiere la actividad de la compañía. Además, han llegado a acuerdos "con más de 16.000 proveedores en todo el mercado con dos compromisos, que reporten las emisiones de CO2" que provocan sus relaciones de intercambio de bienes y servicios con Abengoa y "que suscriban un código de Responsabilidad Social Corporativa basado en el Pacto Global de la Organización de Naciones Unidas", explica Fernando Martínez Salcedo, secretario general de Sostenibilidad de Abengoa.
Para la compañía, su política de sostenibilidad implica "generar valor para la compañía uniendo el núcleo del negocio con una manera sostenible de hacer las cosas. Es decir, alinear lo que hacemos con cómo lo hacemos, hacer nuestros negocios de una manera sostenible", detalla Martínez Salcedo. La estrategia general está basada en cuatro pilares: un inventario exhaustivo de emisiones de CO2 "que recoge un cierto análisis del ciclo de vida de los productos", un sistema de indicadores de sostenibilidad ambiental, un sistema de certificaciones ambientales como la ISO 14001 y un Plan Director de Responsabilidad Social Corporativa, con acciones estratíégicas en el corto, medio y largo plazo a nivel global.
El inventario lleva asociado "una normativa interna y un míétodo de validación de este inventario mediante una auditoría externa. En base a este inventario, se articulan los planes de reducción, compensación y neutralización de emisiones", explican. Ya realizaron este recuento en 2008 y 2009 y han determinado "que aproximadamente un 60% de las emisiones de CO2 que hemos podido contabilizar dependen de las compras de bienes y servicios", explica el secretario general.
El resto provienen de fuentes de emisión directa, asociadas directamente a la actividad productiva de Abengoa, y a emisión indirecta, relacionadas con el consumo de energía elíéctrica y tíérmica. En total, "la cifra de emisiones provocadas el año pasado por Abengoa es similar a las que tiene autorizadas en el mercado de derechos de emisión una central tíérmica de carbón", es decir, alrededor de 8,4 millones de toneladas.
Para avanzar en esta política de inventario y reducción de emisiones y teniendo en cuenta que "somos enormemente dependientes de las emisiones de nuestros proveedores", la compañía va a llevar a cabo unos planes de reducción propios. Además, el segundo paso será aplicar esta reducción a los proveedores. "A la hora de comprar un producto, a igualdad de gíénero, compararemos a los proveedores bajo esta lupa de emisiones de CO2 y compraremos al que menos contamine, aunque no sea el más barato", asegura. "La reacción de nuestros proveedores a la exigencia que marcamos en 2008 de que nos comuniquen sus emisiones ha sido positiva. El mercado está cambiando y estas acciones serán necesarias", dice el secretario.
Nueve factores ambientales
Abengoa, dentro de su política de sostenibilidad, ha seleccionado "nueve factores ambientales con 67 indicadores en total sobre los que la actividad de Abengoa puede ejercer algún tipo de presión, a fin de evaluar el impacto medioambiental generado y cubrir los riesgos asociados a la actividad", explican. "Estos indicadores aportan un compromiso de mejora, permiten realizar comparaciones con las mejores prácticas disponibles en cada uno de los aspectos", explica el secretario general. Los indicadores se refieren a biodiversidad, consumo de agua, energía, emisiones a la atmósfera, vertidos de contaminación hídrica, suelos y acuíferos, ruidos y emisiones de olores, explican desde la empresa.
