Iberdrola tendrá que aplicarse la misma medicina que le exige a ACS para que la constructora sanee su balance. La elíéctrica tendrá que provisionar hasta 260 millones por el desplome de Gamesa en bolsa, compañía de la que es dueña del 14,1% del capital. Como hizo con el grupo presidido por Florentino Píérez, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tambiíén le ha pedido explicaciones a Iberdrola por sus participaciones industriales.
El organismo supervisor le inquirió a finales de julio a la multinacional dirigida por Ignacio Sánchez Galán que detallara cómo contabilizaba su inversión en Gamesa despuíés de que las acciones de esta empresa vasca cerraran en 2009 por debajo del precio al que Iberdrola había adquirido sus 34,3 millones de títulos. La elíéctrica explicó que en ese momento “no existía un deterioro del valor en libros de dicha participación†y que había calculado un valor recuperable de su paquete en función de las hipótesis de la empresa y de las estimaciones de los analistas.
Sin embargo, Gamesa se ha hundido este año un 55% y cotiza ahora a poco más de 5 euros por acción, el precio más bajo en siete años. Teniendo en cuenta que Iberdrola compró su 14,1% a un precio consolidado de 12,7 euros, a día de hoy acumula unas minusvalías latentes de 260 millones de euros. Si Iberdrola aplica los mismos principios que exige a ACS por sus píérdidas en el 12% que tiene en la elíéctrica y el 29,9% en Hochtief, cuestión por la que ha denunciado a la constructora, el grupo energíético tendrá que cubrir esta posición en los próximos meses.
Fuentes próximas a Iberdola admiten ese posible ajuste contable por la caída de Gamesa, pero matizan que existen diferencias sustanciales sobre el míétodo que aplica su enemigo número uno. Además, agregan que, en cualquier caso, cubrirán la posición siguiendo las prácticas internacionales más conservadoras. En este sentido, añaden que lo que habrá que analizar es el importe a provisionar porque habrá que tener en cuenta que Gamesa es una participación estratíégica y no financiera y que sobre la misma ejerce influencia a travíés de sus tres consejeros.
Efectivamente, eso no lo puede esgrimir ACS, que no tiene asiento en el consejo de la empresa con sede en Bilbao porque los administradores rechazaron su propuesta en la pasada junta. No obstante, el holding de los March y de los Albertos si tiene dos consejeros en el órgano de gobierno del grupo alemán, sobre el que ahora ha lanzado una Oferta Pública de Adquisición (OPA) recibida como hostil.
ACS justificó que no debía dotar sus minusvalías de casi 2.000 millones en Iberdrola porque la elíéctrica cotizaba por debajo de su valor en libros y por sus perspectivas de cobrar dividendos según la política de remuneración al accionista. La constructora añadió que era más adecuado valorar Ibedrola por el míétodo de descuento de dividendos futuros “en lugar de tomar como referencia la cotización bursátil, que en ningún caso representa el valor fundamental de la compañíaâ€.
En el caso de Hochtief, de la que adquirió un 25% en marzo de 2007 por 1.254 millones (72 euros por acción), ACS estima que el valor del grupo alemán es mayor al del que cotiza –lo hacía a 52 euros en ese momento- según los cálculos de los analistas de Merrill Lynch, Credit Suisse, Deutsche Bank y UBS, que calificó de conversadores. En su opinión, cada acción de Hochtief tiene un valor a futuro de 75,69 euros, por lo que considera que no se había deteriorado su inversión
Nuevo plan de negocio
En Iberdrola dan por hecho que habrá que destinar parte de los beneficios a provisionar el agujero de Gamesa, de la que en julio del pasado año vendió un 10% a 16,10 euros por acción. No obstante, indican que antes de tomar ninguna decisión habrá que esperar a la presentación del nuevo plan estratíégico de la empresa presidida por Jorge Calvet, que ha citado a los analistas para el próximo 7 de octubre.
Calvet, que ha puesto en marcha un agresivo ajuste de costes, con cierre de plantas incluido, expondrá los objetivos financieros de Gamesa. Ese plan de negocios será el que utilizará Iberdrola para calcular el valor recuperable de su inversión y, por tanto, la cantidad exacta a dotar. En cualquier caso, confían en que será inferior a esos 260 millones de minusvalías latentes actuales.