La rebaja del rating de España anunciada este jueves por la agencia de calificación Moody's va acompañada de un informe bastante amable con el Gobierno español, pero contiene una desautorización en toda regla de los dos grandes mensajes lanzados por Zapatero en su reciente visita a Wall Street: ni la crisis de la deuda pública española, ni el precio de la vivienda ha tocado suelo, a juicio de la citada agencia.
El presidente aseguró tajantemente ante los principales inversores del mundo que la crisis de la deuda española había terminado, mientras que Moody's considera que "el Gobierno sigue siendo vulnerable a nuevos episodios de volatilidad en los mercados", eufemismo que significa nuevos desplomes de los bonos en los mercados.
Además, la agencia de rating no considera que esos posibles episodios vayan a ser provocados por la nueva tormenta que vive la deuda de Portugal o Irlanda, sino que serán culpa exclusiva de nuestro Ejecutivo. Las razones son "el empeoramiento de la capacidad de repago de la deuda (es decir, el porcentaje de los ingresos que se dedican a pagar intereses) y las significativas necesidades de pedir prestado dinero en el futuro".
De hecho, ayer se conoció que el Tesoro prevíé emitir otros 192.000 millones de euros en 2011, una cifra que, aunque es un 14% inferior a la de 2010, sigue evidenciando una fuerte necesidad de apelar a los mercados para financiar el díéficit público.
En la famosa entrevista con la televisión financiera CNBC, Zapatero dio por finalizada la crisis que sufrió la deuda española esta primavera porque el Gobierno había conseguido cambiar la imagen que los mercados tenían de nuestro país gracias al plan de reducción del díéficit público y a la fortaleza demostrada por el sistema financiero en los test de estríés.
La vivienda no ha tocado suelo
Y no sólo se trata de la crisis de la deuda. El otro gran titular que dio Zapatero en la citada entrevista fue que "el precio de la vivienda ha tocado fondo y ya no va a bajar más", e incluso anunció el inicio de las subidas en la primera residencia. Sin embargo, Moody's considera que el grueso del ajuste de precios está todavía por venir.
Eso sí, lo dice de una forma muy suave: "El crecimiento económico será moderado debido tambiíén al desapalancamiento del sector privado en marcha y al ajuste del sector inmobiliario, donde persiste un exceso significativo de viviendas sin vender y los ajustes de precios han sido más limitados que en los demás países".
Pobres perspectivas de crecimiento y deterioro fiscal
Los problemas para hacer frente al pago de la deuda suponen uno de los tres argumentos en que Moody's fundamenta la rebaja del rating de nuestro país. Los otros dos son "las pobres perspectivas de crecimiento económico, ya que el proceso de reequilibrio de la economía desde los sectores constructor e inmobiliario probablemente va a tardar varios años" y "el considerable deterioro de la fortaleza financiera del Gobierno, mucho más pronunciado que el de otros países con rating de Aaa".
La agencia de calificación compensa estas críticas con algunos comentarios más amables sobre nuestro país. Así, reconoce que el sector financiero español está bien capitalizado y que las medidas de ajuste fiscal anunciadas por el presidente del Gobierno hace unos meses son importantes y van en la buena dirección.
En este sentido, cree que cumplirá el objetivo de reducir el díéficit al 6% del PIB este año, pero considera que "lograr que siga ajustándose más allá de 2011 requirá más reformas". Tambiíén aplaude la reforma laboral, aunque considera que se queda corta pues los costes de despido seguirán siendo más altos y la flexibilidad más limitada que en los grandes países de la UE.