Las sociedades de inversión de capital variable (sicavs) vuelven a ser protagonistas. Primero por la decisión del Gobierno de suprimir la ventaja fiscal que les permitía reducir su capital sin tener que pagar a Hacienda. Y luego, por la decisión del Ejecutivo de que esta nueva normativa se aplique con carácter retroactivo desde el 23 de septiembre y no a partir de 2011, como esperaban los gestores.
La opinión de los expertos es casi unánime cuando coinciden en señalar el impacto que pueda tener esta medida en las sicavs: la posibilidad de que ante este nuevo giro normativo se opte por trasladar la sociedad a otro país es poco probable.
"Lo normal es que la gente opte por entrar en otro vehículo de inversión en vez de trasladar la sicav a Luxemburgo, ya que supone muchos costes", afirman fuentes del mercado. Otra cosa hubiera sido que se optara por modificar su tributación.
"Lo realmente importante es que la regulación fiscal de tributar al 1% no se ha tocado por lo que no afecta a las sicavs, aunque sí podría tener efectos de cara a constituciones futuras", afirma íngel Martínez Aldama, director general de Inverco.
El único futuo, desaparecer
Sin embargo, lo cierto es que al 14% de las sicavs domiciliadas en España poco les importa este mínimo cambio fiscal, ya que el único futuro que tienen es el de desaparecer.
Dos son las reglas que ha de cumplir una sociedad de este tipo: tener al menos cien accionistas -lo que en el mercado se conoce como mariachis- y contar con un capital mínimo de 2,6 millones de euros. Cuando una de las dos no se cumple, la sociedad tiene un año para solventarlo. Y si no, la CNMV debe disolver la sociedad.
Pues bien, según los datos que recoge Morningstar, de las 538 sociedades de inversión que tienen un patrimonio inferior a los 2,6 millones de euros, 432 llevan en esta situación al menos un año. La cifra supone el 14% de todas las sicavs del mercado español.
¿Siguen siendo rentables?
Si se analiza el aspecto fiscal, esta claro que sí, ya que tributan al 1% en el impuesto de sociedades. Sin embargo, si se estudia su rentabilidad como vehículo de inversión, el resultado no es tan positivo.
Según los datos de Morningstar, la mitad de las sociedades españolas acumula píérdidas en 2010. Algunas, incluso, con caídas superiores al 20%. Además, si se analiza su comportamiento en los últimos tres años, pocas han conseguido sortear los efectos de la crisis con ganancias de capital.
De hecho, de las 2.878 sociedades que tienen esta antigí¼edad, 2.000, el 70% del total acumula píérdidas en el último trienio. Ninguna de las tres mayores sociedades por patrimonio (Morinvest, Allocation y Soandres), con más de 300 millones de euros respectivamente, figuran entre las afortunadas.