La automotriz Opel, subsidiaria de General Motors, anunció el lunes que a fin de año cerrará su planta en Amberes, Bíélgica, lo que significará la eliminación de 1.200 empleos.
La empresa dijo que ni ella ni el gobierno local lograron encontrar inversionistas para mantener la planta en funcionamiento antes del plazo de septiembre que se habían fijado. Sin embargo, destacó que seguirá dispuesta a escuchar propuestas hasta el cierre definitivo.
Opel decidió este año que se retiraría de Amberes como parte de su reestructuración, pero creó un grupo de trabajo con el gobierno de Flandes -la mitad norte de Bíélgica que habla holandíés- y con los trabajadores para encontrar a un nuevo dueño.
"Lamentablemente, ninguno de los potenciales inversores pudo presentar un concepto de negocios sostenible para la planta", dijo Opel en un comunicado. "En consecuencia, el proceso para buscar un inversor industrial interesado en continuar las operaciones ha llegado a su fin".
La decisión "significa el fin para los trabajadores de Opel Amberes y sus subcontratistas", dijo un comunicado del sindicato ACV.
La fábrica, fundada en 1924, llegó a emplear a 7.000 personas. Allí se producían las versiones de tres puertas, convertible y familiar del Astra y casi todos los automóviles se enviaban al extranjero.