España está lejos de parecerse a los países más avanzados en tecnología, pero poco a poco va dando algunos pasos. Y uno de los más importantes será la llegada de los 100 megas a internet. Telefónica aseguró en julio que los lanzaría este otoño. Ono anunció ayer el comienzo del despliegue y la primera prueba comercial restringida.
Salvo en algunas zonas de Asturias, donde el Principado ha extendido una red neutra de fibra óptica que puede ser usada por cualquier operador, en áreas de Galicia cubiertas por R y en el segmento empresarial, los 100 megas de velocidad en internet son todavía un sueño en España. Pero cada vez queda menos para que se haga realidad. Telefónica y Ono están dando los primeros pasos para hacerlo posible, aunque a corto y medio plazo las coberturas de ambas serán muy reducidas.
Lo que no está claro es cuál de las dos operadoras llegará antes con su oferta de 100 megas. Telefónica anunció en julio un cambio de planes en su estrategia de despliegue de la red de fibra óptica y aseguró que en otoño llegarían los primeros productos a 100 megas, con 10 megas de subida, y a precios asequibles -entre 65 y 75 euros al mes, impuestos al margen-. Este mes han empezado las pruebas piloto, pero todavía no hay fecha para el lanzamiento comercial.
Tampoco Ono ha sido muy concreta. La operadora de cable aseguró ayer que su red ya está preparada para iniciar el despliegue de los 100 megas, pero el calendario no está cerrado. Lo primero que ha hecho Ono es lanzar una prueba comercial en el madrileño barrio de Alameda de Osuna, que se complementará en el futuro con otras iniciativas de este tipo en zonas reducidas de Barcelona y Valencia. Luego llegará la comercialización real en una fecha que todavía es una incógnita.
En todo caso, la extensión de los 100 megas por la red de Ono será gradual, de la misma forma que lo están siendo los 50 megas. El operador de cable hizo el primer anuncio de lanzamiento de esta última velocidad en mayo y ayer, cinco meses despuíés, comunicó que la oferta es accesible para algo más de la mitad de su red -el equivalente a unos cuatro millones de hogares potenciales-.
Al igual que en el caso de Ono, la cobertura de Telefónica tambiíén es limitada. El ex monopolio confía en llegar a un millón de clientes potenciales el año que viene.
¿Para quíé es necesario tanto caudal?
Para navegar por internet bastan unos cuantos megas de velocidad. Ni siquiera los usuarios muy intensivos en descarga de archivos necesitan 100 megas para sus labores. ¿Por quíé, entonces, la carrera por la súpervelocidad? Porque las conexiones monoaparato son historia.
No se trata sólo de que los hogares tengan ya varios portátiles u ordenadores que chupen a la vez y que además haya un servicio de televisión por banda ancha con cada vez más contenidos en alta definición. Sino que a eso se están sumando multitud de aparatos que tambiíén se conectan a internet. Por ahora hay telíéfonos inteligentes y dispositivos como los iPads, pero pronto serán las cámaras de fotos, las luces y hasta la nevera.
Otro punto a favor de la máxima velocidad es que se reduce la latencia, algo muy conveniente para los juegos en red, por ejemplo.