El próximo martes 29 de abril sale a la venta la cuarta entrega de una de las series con más íéxito entre los jugadores, pero tambiíén con más detractores por su contenido violento. Se trata de Grand Theft Auto IV, que sale para PlayStation 3 y Xbox 360. La serie ha vendido 70 millones de ejemplares y su calidad es indiscutible. Crítica especializada y jugadores lo alaban y se ha convertido en un icono. Pero es probable que, como ha sucedido con las demás entregas, GTA4 vuelva a ser acusado de incitar conductas violentas y sexistas.
En el mundo GTA, el jugador dispone de libertad de decisión y puede robar un coche, llevarse por delante lo que pille o empezar a disparar contra viandantes y fuerzas de seguridad. Su clasificación como “no recomendado para menores de 18 años†desde la creación, en 2003, del código de clasificación paneuropeo (PEGI), autoimpuesto por los fabricantes, es más que merecida. Sin embargo, el carácter puramente orientativo del sistema —a día de hoy cualquier niño puede adquirir este y otros juegos parecidos sin restricciones— ha llevado a la Comisión Europea a reclamar un código de conducta que regule de manera efectiva la venta de títulos a menores y a exigir a fabricantes y autoridades que hagan más publicidad del PEGI, poco conocido entre la población.
A nivel tíécnico, GTA IV se erige sobre los pilares que han hecho popular a la serie, que supuso un antes y un despuíés en la producción de videojuegos. La acción y la violencia son una parte fundamental: robos, persecuciones, tiroteos... Los protagonistas de GTA son siempre delincuentes (como ya sucede en televisión en series como Los Soprano o la española Sin tetas no hay paraíso). Los ingredientes que completan la fórmula son su gran realismo, la libertad de acción, su banda sonora, los guiones —inspirados en cineastas como Martín Scorsese o Brian de Palma— o los diálogos mordaces, doblados por actores como Ray Liotta, Dennis Hopper, Samuel L. Jackson...
El argumento de GTA IV arranca con la llegada a Liberty City (una copia calcada de Nueva York) de Niko Bellic, un inmigrante del este de Europa que acude a la llamada de un primo suyo, que mantiene lazos con varios delincuentes. Y ahí empieza el lío.
Rockstar, la empresa que lo ha diseñado, ha logrado dar un salto de calidad incorporando detalles y mejoras tíécnicas que afectan a la iluminación, la inteligencia artificial de los transeúntes, el aspecto de personas y objetos, la ambientación, la posibilidad de utilizar un móvil o Internet dentro del juego, o incluso la de escuchar una de las sesiones musicales pinchadas por personajes reales como Karl Lagerfeld.