Otoño negro para las facturas de los pequeños negocios. El precio de la luz ha subido un 8% en lo que va de año si se cuentan los incrementos de enero y octubre, así como el 2% del IVA. Mientras, el recibo del gas tambiíén subió un 6% de media en julio.
¿Quíé hacer para combatir estos aumentos de costes en plena recesión económica? Apostar por medidas de eficiencia energíética, esto es, implantar pequeños cambios en la manera de usar la energía en la oficina o el comercio que se traducirán en un adelgazamiento de las facturas y el consecuente ahorro.
“Los edificios son responsables de un 40% o un 45% del uso de energía en España. Sin embargo, este gasto podría reducirse entre un 20% y un 50%â€, asegura Peter Sweatman, consejero delegado de Climate Strategy & Partners, consultora especializada en este campo.
Reforma
“En un edificio existen nueve componentes susceptibles de ser objeto de una reforma energíéticaâ€, dice este experto. Por un lado, una iluminación eficiente, un sistema de climatización más eficaz y el montaje de un termostato son las tres aplicaciones básicas, con un coste bajo y pocas dificultades de instalación. El retorno de la inversión es casi inmediato, aunque en algunos casos puede extenderse hasta varios años, según señala un informe realizado por la consultora.
Por otro lado, la adquisición de electrodomíésticos eficientes y la instalación de aislamientos adecuados y ventanas figurarían en un segundo bloque de inversiones deseables. Aquí, la dificultad práctica es mayor, así como la inversión necesaria. De la misma manera, el retorno de la inversión se alarga entre 3 y 15 años.
Finalmente, existen otras tres medidas con impacto en las facturas, pero que son de autogeneración de energía en lugar de eficiencia: la construcción de placas termosolares, la cogeneración y la mictrogeneración, con grandes demandas de capital y retornos más a largo plazo.
Sin embargo, aplicar estas medidas y gestionar los cambios en la edificación requiere un conocimiento y una dedicación al alcance de muy pocos. Por eso, están apareciendo numerosos gestores energíéticos que ofrecen estos servicios con un precio al alcance de las pymes españolas.
El problema de la financiación sigue presente en la mente del emprendedor. “Los bancos todavía funcionan con modelos de críédito estándar. Sin embargo, las inversiones en eficiencia energíética son interesantes, porque permiten reducir costes y asegurar la devolución del príéstamoâ€, explica Rodrigo Morell, socio de Creara, consultora energíética.
“La banca no está formada ni tiene un gran volumen de negocio en eficiencia energíética, todavía tiene que aprenderâ€, dice Morell, que añade que “es proclive a los desembolsos para mejoras de producciónâ€.
Barreras
Además de esta barrera financiera, existe otra psicológica. “Las pequeñas empresas todavía no situán la eficiencia entre sus grandes prioridades. Los gastos energíéticos están en el cuarto o el quinto puesto de preferencias, por detrás del personal o el alquilerâ€, afirma Morell.
Sin embargo, esta mentalidad debe cambiar porque las inversiones en eficiencia en la edificación ofrecen un ahorro casi inmediato y no afectan a la productividad, apuntan los expertos.
“Ahora es el momento de invertir. Se puede conseguir un ahorro del treinta por ciento a lo largo de una díécada con unas inversiones de unos 3.000 millones de eurosâ€, asegura Sweatman. Además, “es posible crear siete empleos por cada millón invertidoâ€, lo que favorecería a un perjudicado mercado laboral.
Planes de ahorro oficiales
El Idae (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) cuenta con dos programas de medidas para intensificar el ahorro y la eficiencia energíética. El primero dura hasta el año que viene y tiene como objetivo reducir el consumo de energía en 44 millones de barriles de petróleo, el equivalente al 10% de las importaciones anuales de España.
Entre las numerosas medidas, las empresas que tengan un sistema de gestión de eficiencia energíética certificado serán valoradas positivamente en la contratación pública. Tambiíén hay medidas para los negocios del sector turístico: una parte de los 500 millones de euros del plan renove están reservados a la financiación de inversiones que promuevan el ahorro energíético. El segundo marcoplan del instituto dirigido por Alfonso Beltrán, que se prolonga hasta 2012, cuenta con 22 millones de euros para un amplio portafolio de medidas, entre las que se encuentra la edificación.
Una herramienta para la eficiencia
Creara ha diseñado una herramienta para que el emprendedor realice su propia auditoría energíética. “Geetic.com permite a cada pequeño negocio hacer sus propios cálculos. El cliente automatiza sus facturas y puede conseguir un informe energíético sin la necesidad de que se desplace un ingeniero, con los costes que implicaâ€, explica Rodrigo Morell, socio de Creara. “Todavía está en fase de pruebas, pero el pequeño comercio puede probarla gratis. Cuenta con tres herramientas. La primera permite calcular el ahorro energíético en un minuto. Introduces el tipo de local, dónde está ubicado y cuánto consume. El sistema te dice si estás por encima o por debajo de la mediaâ€, asegura Morell. Con las segundas, puedes optimizar tus facturas y calcular el ahorro aplicable. Finalmente, con la última es posible hacer una cuenta de todas las optimizaciones posibles. Creara tambiíén puede solucionar los problemas de gestión energíética más allá de la web.
Puntos de ataque
- El cambio más tangible y conocido es en la iluminación de las oficinas. La dificultad práctica es baja, el coste escaso y el retorno de la inversión casi inmediato.
- La climatización tambiíén es fácil de cambiar, la inversión es media y el ahorro se percibe de dos a siete años despuíés.
- La gestión del consumo o los termostatos inteligentes son la tercera medida plausible. El coste es bajo y la repercusión en las facturas inmediata.
- Instalar electrodomíésticos eficientes tiene un coste medio y un retorno de la inversión de tres a diez años.
- El aislamiento y las ventanas tambiíén requieren inversiones medias y el rendimiento se percibe entre tres y quince años despuíés.