Si quieres contribuir a la Paz y a la Felicidad del Mundo
Si quieres contribuir a la Paz y a la Felicidad del Mundo...
por S.S. Vajradhara Kya
bje Kalu Rinpoche
1º Busca en tí mismo la fuerza del propósito, la fe en la propia regeneración. Tu divinidad te espera. Esfuíérzate en hallarla y
actualizarla.
2º Practica en todo momento la religión universal del bien sin distinción de creencias, de clases, de partidos, de intereses, de nacionalidades, de razas, de reinos de la naturaleza.
3º Relega a olvido tus faltas y limitaciones pasadas, para renacer con renovados estímulos a una vida mejor. Entonces, tácitamente serás
merecedor de la invisible ayuda.
4º Practica la simpatía y adquiere el hábito del contento a travíés de todas las circunstancias. Decídete a realizar el leve esfuerzo de prescindir de los pequeños
defectos. Lucha con todas tus fuerzas contra la depresión, contra la
tristeza, contra el tedio, contra el mal humor. Combate los míétodos
dominantes de acritud e imponte la condición de ser siempre y con todo
el mundo amable.
5º Procura dar todas las facilidades posibles a los demás. Ayúdalos a descubrir su camino más noble y a seguirlo. Haz de la generosidad de pensamiento y acción, tu ley silenciosa.
6º Proponte firmemente no censurar a nadie, ni aún de pensamiento. ¿Quíé sabemos de las verdaderas causas de los actos ajenos? Esfuíérzate, por
el contrario, en comprender.
7º Adopta una divisa solar, de alegría, a todas horas. Entonces, la luz oculta que guía al mundo te la incrementará y te sorprenderán a tí mismo los resultados.
8º Procura no auto-exaltarte ni auto-compadecerte. O sea, no pensar demasiado en tí mismo, si no es con el fín de perfeccionarte.
9º Invoca la armonía como fórmula de salud integral, de equilibirio del cuerpo y del espíritu. Porque la armonía es la ley suprema del Universo.
10º Irradia con humildad tu mensaje viviente de belleza, de espiritualidad y de paz, en un mundo atormentado, materializado, desorientado. El
necesita de tu eficaz contribución. Ofríécesela. Ofríécele tu mente
positivizada, tu cuerpo puro, tu aura armoniosa, tu contentamiento
irradiante, tu fe sin límites en la bondad de la vida y en las leyes
que conducen a un alto fin, la evolución humana.