España se queda por atrás que el resto de Europa, una vez más. La Comisión Europea (CE) presentará esta semana un informe sobre la competitividad en los Estados miembros, basado en un estudio de la evolución de 27 indicadores, en el que se comprueban los malos resultados de la economía española.
El estudio, al que ha tenido acceso EXPANSIí“N, muestra que de los 27 indicadores utilizados para medir la competitividad, España tiene 18 por debajo de la media europea, seis por encima y dos a la altura del resto de los países.
Estos resultados dejan bastante que desear en comparación, por ejemplo, a los que obtienen países como Alemania –que logra 13 resultados por encima de la media, ocho por debajo y cinco en la media—, o Francia, que rebasa a la media en doce indicadores.
En el informe, las autoridades de Bruselas subrayan que “la crisis ha golpeado duramente la competitividad en España, además de la píérdida de empleo y el deterioro de las finanzas públicasâ€. Para mejorar esta situación, recomiendan hacer cambios estructurales para ir hacia una economía con un uso más intensivo del conocimiento, abandonando su especialización hasta ahora en sectores “con uso bajo o medio-bajo de tecnologíasâ€.
Los peores resultados para el país corresponden al apartado en relación con la actividad de la empresa. Sobre todo en lo relativo para crear una nueva entidad, donde logra el peor resultado de toda la UE.
O en los plazos para el pago de las facturas en la Administración Pública, terreno en el que sólo es superado por la malograda Grecia. Tambiíén registra muy malos resultados en lo referente al entorno de las empresas, por la excesiva regulación y cargas que pesan sobre ellas, el poco uso del e-gobierno y los elevados precios de la electricidad.
Según la CE, España ha perdido diez lugares en la clasificación sobre el entorno de la empresa, “no tanto por el empeoramiento del situación del país en tíérminos absolutos, que en algunos casos ha mejorado, sino porque los demás países han progresado muchoâ€. Los mejores resultados los obtiene por la alta prioridad que se da en España al desarrollo de las infraestructuras. Bruselas concreta en el informe sus recomendaciones más urgentes y señala como desafíos inaplazables la mejora de la productividad y la facilidad en los ajustes de precios y salarios.
En su análisis de la situación, la CE señala tambiíén la píérdida de competitividad de la economía española frente a terceros países, en la última díécada, debido sobre todo al hecho de que los costes unitarios laborales en el sector manufacturero han crecido un 31% entre 2000 y 2009, 12 puntos porcentuales más que la media de la UE, del 19%.
Productividad laboral
En cualquier caso, España tiene una productividad laboral por encima de la media de la UE, 6% si se mide por hora trabajada y 11% si es por personas empleadas. Este aumento ha sido notable sobre todo en 2008 y 2009, lo que se debe atribuir a la fuerte contracción del sector de la construcción, más que a una mejora de los elementos estructurales de la productividad.
De todos modos, las advertencias de Bruselas sobre la competitividad española se añaden a las lanzadas por diversos organismos, como es el caso del Fondo Monetario Internacional (FMI), la OCDE o el consenso de analistas españoles. En un pasado informe, el FMI señalaba que “el restablecimiento de su competitividad puede necesitar grandes sacrificios, como una rebaja de los salariosâ€, afirmó entonces su economista jefe, Olivier Blanchard.