El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp) calificó de "preocupante y decepcionante" la calificación que Míéxico obtuvo en el combate a la corrupción, según el reciente índice de Transparencia Internacional.
Aunque no hay una medición exacta del impacto de la corrupción en la actividad económica del país es evidente que un entorno corrupto inhibe la competitividad y tiene efectos negativos en el crecimiento de la economía y el bienestar de la población, explicó.
La transparencia y la rendición de cuentas, continuó el organismo, son algunos mecanismos que pueden utilizarse para inhibir la corrupción, de modo que estos temas deben considerarse en el próximo análisis, discusión y aprobación del Presupuesto de Egresos.
Según el Ceesp, cuando parecía que las autoridades habían empezado a tomar medidas eficaces contra la corrupción, "llevándonos a un entorno de mayor certidumbre en este tema", Transparencia Internacional publicó los resultados de su Indice de Percepción de la Corrupción 2010.
"Estos reflejan que los esfuerzos no han sido tantos, pues Míéxico obtuvo una calificación de 3.1 de una máxima de 10, es decir, a menor calificación corresponde una mayor percepción de corrupción".
"Esto propició que en la clasificación mundial Míéxico perdiera nueve lugares, al descender de la posición 89, en 2009, a la 98 en este año", expuso el organismo de investigación del sector privado.
"Es obvio que estos resultados son preocupantes, cuando la calificación obtenida es la más baja desde que se inició la evaluación", advirtió.
Sin embargo, continuó, es todavía más decepcionante el hecho de que Míéxico ha mantenido una calificación reprobatoria en el tema, ya que nunca ha llegado ni siquiera a obtener cuatro puntos en las evaluaciones.
Ante la próxima aprobación del Presupuesto de Egresos, el Ceesp opinó que deben considerarse los temas de transparencia y rendición de cuentas si se quiere eficientar la asignación de los recursos.
Aclaró que el problema de corrupción no es exclusivo de Míéxico, como se refleja en que 75 por ciento de las naciones evaluadas por Transparencia Internacional obtuvo notas por debajo de los cinco puntos, pero ello no implica que "sigamos comparándonos con este segmento".
"El objetivo debería ser ubicarnos en calificación aprobatoria, como Chile, que ha permanecido en este grupo en los últimos 10 años, pero en especial seguir los pasos de Uruguay, que a lo largo del tiempo ha mejorado notoriamente en el combate a la corrupción".